lunes, 31 de mayo de 2021

Primeros pasos

 

 


Mientras mis padres, con habilidades lingüísticas aún limitadas, enfrentaban el desafío de construir su hogar en un nuevo país, yo muy feliz exploraba mi nuevo territorio. 

Hasta el momento, escribió papá después del primer mes, no hemos hecho más que buscar una casa e intentar instalarnos. Ciertamente se necesita tiempo para acomodarse y tratar de vivir decentemente. 

Incluso tener un colchón bien hecho era un suplicio. Tuvieron que comprar lana cruda, pedirle a una señora que la lavara y luego secarla bien. . .  Y luego, que el colchonero haga el colchón. ¡Qué trabajo y qué olor! La lana estaba sucia, grasosa, llena de estiércol y todo lo demás. Dicen que la lana pierde un tercio de su peso al ser lavada. Se pueden comprar colchones hechos, pero generalmente tienen lana sucia y cuando hace calor huelen a corral. 

Además del problema del colchón, agregó mamá, todavía no tengo cocina ni lavarropas. . .ambas están pedidas, pero no han llegado. Tendremos que pagar alrededor de u$s 175. Me disgustó un poco leer que [mi hermano] Harlan pagó u$s 49 por su lavarropas. Todavía recuerdo una cocina hermosa en Montgomery Ward's que desearía haber traído, pero no lo hice. Lo más complicado es que Rita está teniendo un gran apetito desde que nos instalamos en esta casa. Y ahora que le han salido los dientes caninos, ya no puedo preparar la comida lo suficientemente rápido para ella. Se sube a la silla alta que le pedimos prestada a los Dowdy y repite: "Quiero comer". La mayor parte del tiempo tengo que conseguirle algo rápido si quiero lograr un momento de tranquilidad.

A mis padres, los muebles y los electrodomésticos les resultaban caros en Argentina. Sin embargo, mamá encontró consuelo en que la comida era bastante barata. Por 1kg de carne deshuesada pagamos menos de u$s 0.25, escribió. Hoy, por unos u$s 0.19 compré 1 kg de pata de cordero. Por 3 litros de leche pagamos u$s 0.10. En ese momento en Estados Unidos, un galón de leche (3,75 litros) costaba u$s 0.70. 

En una carta posterior, papá escribió: El otro día compramos manzanas (100 por u$s 0.37), envasamos casi 14 litros en almíbar. Hace unas semanas, logramos lo mismo con unas hermosas peras. Todo hecho con gran dificultad porque lo único que teníamos era un “calentador”. 

Los alimentos tenían precios muy razonables, pero estaba el problema de la refrigeración. Papá escribió: Un hombre nos traía hielo para la heladera a hielo, pero ahora no tiene suficientes clientes para continuar las entregas a domicilio, así es que tenemos que conseguirlo nosotros mismos. Para mí es un gran problema porque no tengo nada con qué cargarlo, ni siquiera una carretilla. En una carta posterior, cuenta que me llevaba al mercado y que traíamos el hielo en la parte trasera del cochecito. 

Para solucionar este problema, mis padres querían comprar una heladera que funcionaba con kerosene, pero costaba entre 600 y 800 pesos [170 dólares estadounidenses]. En un momento, papá escribió: El hermano Dowdy y yo estamos pensando en fabricar una. Si supiéramos el gas refrigerante con el que funcionan, imaginamos que lo lograríamos. 

Ambos eran grandes “manitas”, aficionados al bricolaje. Papá pasaba gran parte de su tiempo en el taller del hermano Dowdy. Explicó: Sentí que teníamos que acomodarnos antes de que pudiésemos hacer algo. Ya construí dos muebles de cocina, dos estanterías para libros, una mesa de mecanografía y una mesa para el mimeógrafo. Luego agregó: Por cierto, estas cosas se hicieron casi en su totalidad con las cajas que trajimos de Estados Unidos. Ese era mi padre, siempre ingenioso y sin desperdiciar nada. Mamá agregó que la madera era muy escasa y los muebles que podrían haber comprado eran de mala calidad. Estos que hemos hecho podemos llevarlos a donde vayamos.

Mamá contrató a una joven para que la ayudara a encerar los pisos. Las tormentas de polvo son comunes en esa zona. Todos nuestros pisos son de baldosas muy lisas que muestran el polvo enseguida, por lo que hemos decidido encerarlos y quitarles el polvo todos los días. Esto será más fácil que lavarlos diariamente. La joven comenzó a ayudar de forma regular por u$s 5 al mes. 

El martes 2 de abril de 1946, papá cumplió veinticinco años. Ese mismo día llegó la nueva cocina. Mi mamá escribió: Tuvimos una gran celebración de cumpleaños en nuestra casa. Éramos diez alrededor de la mesa. . .comimos un gran asado de ternera, puré de papas y salsa, coliflor, requesón, puré de manzana, tarta y helado. La Sra. Dowdy hizo las tres capas para la torta y yo la glaseé. También trajo la coliflor y la mezcla para el helado. . .y algunos de sus platos. 

Lynn y Lois Schrock, la otra joven pareja de misioneros con la que hubiéramos navegado en septiembre si nuestras visas hubieran llegado a tiempo, fueron los invitados sorpresa de Río Cuarto. Se quedaron con nosotros esa semana. Fue bueno tenerlos con nosotros, dijo mamá. Mientras estuvo aquí, la Sra. Schrock aprendió a tejer y Lynn hizo un puesto para revistas. 

El miércoles de esa semana, mis padres tuvieron su primera lección oficial de idioma. Durante las dos primeras semanas, la maestra sólo pudo darles una clase de media hora; estaban decepcionados. Necesitamos dos horas a la semana, si no más, escribieron. Sin embargo, ella les había asignado una tarea previa: traducir un artículo de La Voz, una revista cristiana. Ya estaban usando su limitado lenguaje diariamente y papá, incluso, estaba preparando un sermón en español para leer en la iglesia, luego de que la maestra encontrara tiempo para revisarlo y, eventualmente, hacer correcciones. 

Una semana después del cumpleaños de papá llegó el costoso lavarropas. Es una belleza y creemos que nos servirá mucho, pero ahora mismo hay algún defecto con los engranajes de los rodillos. Tenemos la garantía, por lo que estamos seguros de que funcionará. Ya teníamos dos fuentones grandes para enjuagar, así que les hice dos bancos pequeños. Estarán sobre ruedas, por lo que serán fáciles de manejar. También compramos una manguera para llenar los fuentones con agua caliente. Ahora mismo lavamos la ropa en el baño porque allí hay un calefón que calienta el agua a medida que pasa por un serpentín. No tiene tanque de almacenamiento, pero ¡calienta lo suficiente! 

Mamá estaba ocupada creando un hogar hermoso y disfrutando del proceso. Papá escribió: Kathryn terminó de tapizar el sofá del estudio. ¡Se ve muy bien! En algún momento, espero hacer una silla que le haga juego. Nos divertimos tanto estudiando y trabajando y estudiando y trabajando... Nos parece haber comenzado nuestra vida matrimonial de nuevo. 

Muy pocos de nosotros tenemos un registro regular de nuestras propias palabras y payasadas de la infancia y la niñez. Sin embargo, como primogénita en una tierra extranjera, lejos de los abuelos y la familia, las mías se conservaban rutinariamente en las cartas. 

Tuvimos un gran susto la semana pasada cuando la bebé se quedó dormida en el inodoro y cayó contra otro mueble en el baño. Se rompieron las puntas de sus dos dientes frontales superiores y se cortó un poco los labios. Lloró durante mucho tiempo, pero finalmente se durmió. [¡Décadas más tarde, tiendo a quedarme dormida ante la computadora!] 

Rita se está volviendo más adorable cada día. Nos sorprende con nuevas palabras y a menudo dice: ¡Perdón!, cuando eructa. También dice muchas veces: ¡Gracias! y Por favor... Le dijimos que el abuelo hizo el mango de nuestro horno holandés y durante bastante tiempo después lo señalaba y decía: "El abuelo lo hizo". 

Rita ora por ustedes todas las mañanas y, a menudo, quiere sacar las fotos de la repisa de la chimenea para mirarlas. Ella señala a cada uno y dice: "Gampa" o "Papa" y "Gamma" y "Tío Phil". También conoce a la tía Eleanor y al tío Dan. Ahora mismo está sentada en el escritorio de su papá buscando cosas. El cajón se abre y las cosas van saliendo una a una. ----- “un momentito” ----- Acabo de rescatar unos bonitos trozos largos de mina de lápiz que se habrían roto en un minuto. 

El otro día vino a casa el “verdulero” y mientras yo iba a buscar algo de dinero, se acercó a la puerta y dijo “Buenos días” como si fuera ella la que atendiera la compra. 

Mis padres deseaban poder enviar fotos de mi progreso, pero los rollos eran demasiado caros en Argentina. Pidieron que les enviaran algunos y estaban muy contentos de recibirlos. El plan era tomarme algunas fotos con las hermosas flores antes de que llegaran el otoño y el invierno. 

En general, la vida de mis padres fue buena. Enfrentaron dificultades e inconvenientes, pero tenían las alegrías de la vida familiar, su trabajo y su fe. Resumiendo, mi padre dijo: Ciertamente estamos felices de estar aquí. Vinimos porque sentimos que el Señor nos estaba llamando y que sería un lugar para servir donde otros quizá no elijan ir. Encontramos algunas ventajas distintas. Nunca debemos preocuparnos por ser despedidos y tener que buscar otra iglesia. Los niños tienen la oportunidad de crecer bilingües y también de viajar. 

Recuerdo las palabras de Jesús en el Sermón del Monte. Más de una vez nos advierte que no nos preocupemos por la vida, la comida y la ropa y todas las cosas que necesitamos para vivir. ¡Él sabe lo que necesitamos y nos cuida más que los lirios del campo! Más bien, “busca primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas te serán añadidas.” (Mateo 6:33)

viernes, 14 de mayo de 2021

La mudanza a La Carlota

Escudo--Coat of Arms




La búsqueda de un lugar para vivir continuó en La Carlota, un pueblo mucho más pequeño a 112 kms al sureste de la ciudad de Río Cuarto en la provincia de Córdoba. Viajamos allí para visitar a la otra familia misionera de nuestra Denominación, los Dowdy: Paul, Dortha y sus hijos. Como escribe mi mamá: Nos trataron como reyes mientras estuvimos allí. 

El agente inmobiliario contratado en Río Cuarto para buscarnos una casa no tuvo éxito. Mientras tanto, papá anotó: El 16 de febrero, el hermano Dowdy y yo buscamos una casa en La Carlota y encontramos una, después de un día y medio. . . Es un lugar muy lindo con cuatro habitaciones, un baño, cocina, lavadero, dos cocheras, un gran patio y una especie de pasillo ancho. El alquiler es de 70 pesos o u$s 17.50 mensuales. Alabamos al Señor por esto y esperamos mudarnos alrededor del 20 de febrero. Mamá agregó: Nuestra nueva casa en La Carlota tiene un patio grande, bonito y con sombraLa casa era de un médico que conservó su consultorio en el frente. 

 


En ese momento, mis padres esperaban vivir en La Carlota durante un año más o menos mientras aprendían el idioma. Papá agregó: Aunque todavía no decimos mucho en español, entendemos más y más cada día.
 

Durante nuestra visita, el hermano Dowdy nos llevó a dos pueblos más pequeños que visitaba regularmente: Santa Eufemia y Los Cisnes. Papá comentó: El trabajo parece muy interesante, pero no veo cómo lo hace todo. ¡Parte hacia esos lugares alrededor de las 4 o 5 de la tarde y no vuelve a casa hasta la medianoche…! 

En Los Cisnes, contrataron a una señora para que enseñara a mis padres, Clara Debanne, una de las creyentes que vivía allí. Muy talentosa. . . habla inglés con fluidez, . . . puede darnos el mejor significado y connotación de las palabras.
 

El grupo de La Carlota nos brindó un servicio de bienvenida en el patio de los DowdyKathryn y yo dijimos algunas palabras. Toqué mi instrumento. El hermano Dowdy leyó las Escrituras y mostró algunas fotografías de los Estados Unidos. Parecía maravilloso ver muchas caras de varios amigos, pastores y parientes.
  

Quizás papá sintió una punzada de nostalgia, pero no por mucho tiempo. Su siguiente comentario fue: Estamos disfrutando de Argentina y estamos muy ansiosos por establecernos para poder poner todo nuestro empeño en el aprendizaje del idioma. Creemos que hay un gran futuro para nosotros aquí. 

Sobre el viaje de regreso a Río Cuarto, mamá escribió: Rita se portó peor de lo que la había visto jamás. La mitad del viaje lloró. Por lo general, llevo leche, pero como rompió su mamadera y el viaje era de sólo dos horas y media, decidimos que podíamos hacerlo. ¡Qué momentos pasamos...! Nos recibieron en la estación de ómnibus y nos llevaron en taxi, un carruaje tirado por caballos, a la estación de la misión. Cuando llegamos, se tomó tres vasos de leche.
 

El día antes del viaje, nuestro equipaje había llegado desde Buenos Aires y en su mayor parte estaba sin abrir. La máquina de coser llegó bastante bienMamá agregó, sin embargo, que el mimeógrafo estaba golpeado en cuatro o cinco lugares y se necesitaría un poco de paciencia y trabajo para ponerlo en marcha.
 

Luego, el 16 de febrero, mis padres descubrieron la vida política local. Mamá dijo: Anoche dormí sólo unas pocas horas, ya que enfrente de nuestra casa se estaban preparando para una gran reunión política. Construyeron una gran plataforma para dos de los candidatos: Tamborini y Mosca. ¡Si estos dos hombres asumen el cargo, habremos visto al presidente y al vicepresidente de Argentina! A las 6:30 de la mañana comenzaron a disparar bombas de estruendo para anunciar la reunión. Eso duró hasta las 7:15. Se pueden imaginar cómo sonaba a unos pocos metros de distancia… 

 

El 24 de febrero Papá escribió: Hoy fue el día de las elecciones. Supongo que aquí, esos sucesos siempre se llevan a cabo en domingo. El país está muy tenso. Probablemente, esta elección haya despertado más interés que cualquier otra en muchos años. Cuatro partidos han combinado sus candidatos para derrotar a Perón. 

 

Recién llegados, mis padres no se habían formado una opinión sobre el mejor candidato. Papá no sabía qué era lo mejor, pero oró para que haya más libertad para el evangelio. ¿Quién ganó las elecciones? Perón. 

Juan Domingo Perón fue un oficial del ejército que se unió a un golpe de Estado en 1943 contra el gobierno. Su popularidad e influencia crecieron rápidamente, debido a las medidas que tomó para ayudar a la clase trabajadora cuando fue nombrado secretario de trabajo. Posteriormente se convirtió en ministro de Guerra y vicepresidente. En octubre de 1945, sin embargo, fue derrocado y encarcelado en un golpe liderado por civiles y oficiales de mentalidad católica ultraconservadora. 

Su carismática amante, Eva Duarte, inspiró un levantamiento de los trabajadores, que obligó a su liberación el 17 de octubre. Esa noche se dirigió a una multitud desde el balcón de la Casa de Gobierno y prometió la victoria en las próximas elecciones presidenciales. Cuatro días después, se casó con Eva, conmemorada en el musical "Evita" y "No llores por mí Argentina". 

 

Años después vi imágenes de Juan y Evita en cada aula y me uní al alumnado cantando la Marcha Peronista. He aquí una muestra de lo que recuerdo hasta el día de hoy, aunque toda la canción tiene nueve estrofas. 

 

Los muchachos peronistas  

todos unidos triunfaremos  

y como siempre daremos  

un grito de corazón:  

¡Viva Perón! ¡Viva Perón!  

 

Mientras los argentinos decidían el rumbo de su nación, mis padres se preparaban para toda una vida de servicio. 


Algo de lo poco que trajeron consigo en cuanto a mobiliario resultó dañado. El mueble de la máquina de coser sufrió algunos rayones, pero el mecanismo estaba perfecto. Los platos, sin embargo, sufrieron más. Se rompieron unas 15 piezas diferentes. La estufa de leña tenía una pequeña grieta en la base, sin importancia. Papá se lamentaba más por el mimeógrafo y dijo: El cilindro tenía algunas abolladuras y varios ejes estaban doblados. Trataré de hacerlo funcionar. Sé que mi increíble “Manitas” (papá), tuvo éxito porque recuerdo que cuando era niña ayudaba con muchos proyectos de mimeografía. 


Como había mejores precios en la ciudad, papá y mamá fueron a comprar muebles a Río Cuarto. Negociaron por un juego de comedor y anotaron el precio. Cuando fueron a retirarlo, el vendedor quiso 100 pesos más y al final se negó a vender. Pudieron comprar un juego de dormitorio que constaba de una cama, una cómoda y un ropero. 
 

El lunes 18 de febrero, el camión cargado con todas nuestras posesiones iba delante nuestro. Viajamos con los Dowdy, que habían venido a la ciudad para un tratamiento dental. Papá escribió, A las seis de la tarde teníamos todas nuestras pertenencias en el nuevo hogarEl martes compramos un juego de comedor. . . una mesa, seis sillas y dos aparadores. . . bastante bonito y por 420 pesos. Conseguí un escritorio por 50 pesos. También compramos una heladera, un calentador a gas de kerosene y también una pequeña mesa de cocina sin pintar y dos sillas de cocina. Una cocina a kerosene estará aquí dentro de 10 a 15 días. Lo siguiente que queremos es una lavadora eléctrica. Cuestan $ 200 por lo que debemos esperar. Estoy haciendo un pequeño mueble de cocina para Kathryn y pronto haré otro. 

 

Cuidar a nuestros hijos en las mejores condiciones presenta ciertas dificultades, pero lidiar con el primero, una niña de veintiún meses, durante la transición a una nueva vida en un lugar nuevo y una cultura extranjera, agrega un desafío adicional. Mamá y Papá, al igual que muchos padres jóvenes, mostraron alternativamente buenos conocimientos, pero también cometían errores.
 

Mamá no había tomado en cuenta los molestos insectos del verano y notó que yo estaba toda salpicada de picaduras de mosquitos.
 

También mencionó: Las últimas noches, Rita ha estado llorando hasta quedarse dormida desde que le quitamos la mamadera. Desde mi perspectiva actual como abuela, pregunto: - ¡¿Qué?! ¿Me quitaron la comodidad durante una época de transición de la vida? 

 

Luego relata otra escena: Anoche estaba sentada en la pelela cuando se durmió. Fue muy divertido verla sentarse y dormirse. Repito - ¡¿Qué?! ¿Aprendiendo a ir al baño tan temprano, durante una gran mudanza e incluso riéndose de mí? 

 

La vida también tuvo sus momentos divertidos: Recibimos el número de enero del National Geographic y lo disfrutamos mucho. Le dijimos a Rita que la abuela y el abuelo lo enviaron y durante mucho tiempo se sentó a hojear una página tras otra. La suscripción a National Geographic fue el regalo de Navidad de mis abuelos para todos sus hijos misioneros cada año.  

 

 

Al final, mis padres creyeron y confiaron de todo corazón en la promesa bíblica: "Dios mismo será tu guía, y te ayudará en todo; él jamás te abandonará. ¡Echa fuera el miedo y la cobardía! (Deuteronomio 31 8 TLA)" 

Pachín