martes, 31 de enero de 2023

Año escolar 1962

 

Year end family photo

La foto de fin de año muestra una familia en crecimiento. Los más chicos, todavía con pantalones cortos, y Lynn ya con pantalones largos. (Me pregunto ¿a qué edad se acostumbraba a usarlos?) La foto también revela una sorpresa que se anunciará en 1963, ¡Mamá está embarazada!

¿Cómo fue ese proceso de crecimiento a lo largo del año?

Durante los últimos dos años, tanto Lynn como yo, habíamos experimentado los típicos disturbios emocionales de las relaciones de la adolescencia.

En sus recuerdos, Lynn escribió:

Tuve un enamoramiento.
A la edad de 13 años comencé a fijarme en las chicas, pero, aunque no lo creas, era demasiado tímido para decir algo al respecto. Había una chica en nuestra Escuela Dominical que atrajo mi atención. Parecía que podría ser de España. Su nombre, Dora Gómez, encajaba con el papel, y seguramente debió tener antepasados españoles. Tenía una nariz pequeña y delgada salpicada de pecas, cabello negro y probablemente mi estatura en ese entonces. Provenía de una sólida familia de los Hermanos Libres que nunca eligió asistir a nuestra iglesia porque estaban profundamente arraigados en la suya. Apreciaban la enseñanza que se ofrecía en nuestra Escuela Dominical y estaban muy contentos conque  Dora y Cristina, asistiesen ya que vivían a sólo seis o siete cuadras de nosotros.

Yo disfrutaba de su presencia, pero por varias razones tenía miedo de decirle que me gustaba. Un domingo por la tarde recibí una llamada telefónica y papá me pasó el tubo del teléfono. La persona que llamaba era Dora y dijo: "¿Sabes quién soy?" Le dije que no. "Soy una admiradora", que en esos días era la forma en que un preadolescente o adolescente diría: "Estoy enamorado de vos" o "Me gustas".

Tartamudeé y tartamudeé pero, finalmente, colgué, esperando que mis padres no hubieran escuchado nuestra conversación. Sin embargo, papá había captado la esencia del asunto e hizo una broma al respecto durante la cena. Por razones de historia familiar, eso me llevó a ser más introvertido. Pero hasta el día de hoy, siendo ya un hombre adulto felizmente casado durante 42 años [2012], me pregunto qué habría sido de esa relación si las cosas hubieran sido un poco diferentes.

Este es uno de los problemas que enfrentan los TCK (Niños de la Tercera Cultura) y con el que luchan los padres misioneros, esforzándose por evitar las angustias de la separación.
En ese momento yo había estado luchando con los altibajos de una relación. Mi amiga y confidente, Mirtha Siccardi, se convirtió en mi consejera. Me apoyé mucho en sus consejos. Compartí con ella en detalle lo que estaba pasando y esperaba ansiosamente sus respuestas. También le escribió cartas a mi novio. Su hermana mayor, Eunice, que vivía con nosotros en ese momento, también nos dio sabios consejos. 

Eunice trabajaba como enfermera privada para ganar dinero y concretar su sueño de ministrar a los pueblos indígenas del norte de Argentina. Este fue, de hecho, el primer esfuerzo de alcance misionero de la Iglesia de Los Hermanos en Argentina.
Viajó a la zona con algunos otros hermanos en dos ocasiones diferentes para explorar las posibilidades e hizo un llamado para el apoyo de las iglesias en las publicaciones denominacionales.

Victor Wagner, que también deseaba alcanzar a estos pueblos olvidados, hizo un llamado en la edición de mayo del Brethren Missionary Herald.

A principios del año 1962, si alguien fuese a una ciudad o pueblo argentino y preguntara si hay indios allí, es muy probable que la gente se riera y dijese lo que dijo un profesor hace unos meses: "Hoy los indios se encuentran sólo en un museo, o a lo sumo han sido asimilados a la civilización”. Si esto es cierto, entonces ese museo debe ser bastante grande, porque los indios todavía existen. Hay miles de ellos.

Luego, Víctor pasó a describir un viaje reciente con Eunice Siccardi, Tita Pérez y Pierina Adreani a Embarcación, un pueblo de la provincia de Salta, para observar el trabajo de una misión en un asentamiento de 400 indígenas, casi todos creyentes.

Varios de los cristianos nos hablaron de sus vidas antes de conocer al Señor. Vivían con miedo a causa de los malos espíritus y del médico brujo. Robaban y engañaban, vivían con concubinas y asistían a fiestas que se convertían en borracheras, que duraban una semana o dos. Y esa es la condición actual en la que viven ahora miles de indios. Estos indios pertenecen a tribus completamente diferentes, que se diferencian entre sí por sus rasgos físicos, sus dialectos que ni siquiera son semejantes y sus personalidades.

Según fuentes actuales, existen más de treinta grupos indígenas, en su mayoría en el sur y el norte. Operation World dice que constituyen el 7,1% de la población. De las 25 lenguas indígenas, solo ocho tienen Biblias en su propia lengua. Otros proyectos de traducción están en curso. Algunos grupos tienen el Nuevo Testamento, o porciones de las Escrituras.

Recuerdo algunas de las historias y conversaciones en torno a este esfuerzo misionero mientras Eunice vivía con nosotros. Llegó a formar parte de mi conocimiento general.

Foto de mi división en 1962

A todo esto, mi educación oficial en el secundario había comenzado en marzo. El día 20 le escribí a Mirtha desde el Colegio:

Escuela Normal Mixta de Quilmes

"Almirante Guillermo Brown"

Es la segunda hora y la tenemos libre. Hoy fue un día muy emocionante porque no sabíamos en qué división íbamos a estar. Milly está en 4º 1ª. Pirincha en 4º 2ª y yo en 4º 3ª. . . Nos podemos cambiar si queremos pero no quisimos Milly ni yo porque sabemos que el Señor nos puso donde El quiere que estemos. 

Mirtha, Rita, Milly

En sus cartas, Mirtha nos animaba a imaginar que a través de nosotros el Señor Jesús estaba presente en nuestras aulas. Su novela siguió impactando a nuestros compañeros de clase mientras circulaba entre ellos. Y le regalé un ejemplar a la profesora de literatura para la Biblioteca Popular en la que participaba. 

Hubo otras oportunidades para hacer brillar la luz del evangelio de Jesús.
En nuestra clase de pedagogía, la maestra nos pidió que ideáramos un nuevo plan o enfoque de enseñanza para el sistema educativo. En mi ensayo, ¨La escuela ideal¨, describí un plan de estudios centrado en Cristo. Ella dijo que era muy bueno.

Este cuarto año de bachillerato, el primero de los dos años de la carrera docente, es muy exigente no solo por la carga horaria, sino que fue el inicio de nuestra práctica docente. Escribí: "Este cuarto año ha sido el más difícil de mi vida". Curiosamente, también dije: "¡Me encanta enseñar!"

La primera sesión de enseñanza coincidió con la cruzada de Billy Graham en Buenos Aires. Esta era otra oportunidad que no podía dejar pasar, así que invité a todos mis profesores y compañeros y, a pesar de mi apretada agenda, asistí a tres de las reuniones.

Cada noche de la cruzada, el Luna Park se llenó a su capacidad total de 20.000 personas. Las decisiones registradas por Cristo totalizaron 1.661 después de cuatro reuniones. Los observadores rápidamente anunciaron la cruzada como “el evento protestante más grande” en la historia de la ciudad.
Treinta mil personas escucharon al Dr. Graham predicar en el Luna Park de Buenos Aires en el mitin de apertura. La policía estimó que había rechazado a 5.000 personas por falta de asientos. El mitin de clausura estaba programado en los terrenos del principal estadio de fútbol de la ciudad.
En una entrevista de prensa que precedió a su última serie de mítines, Graham dijo a los periodistas: “Encuentro una gran hambre espiritual en este país. La gente está profundamente interesada en la religión”. Dijo que su propósito en Argentina era “que la gente se enfrentara con Dios”, en lugar de “convertirlos a una sola religión”. “Quiero que vengan a Cristo, sea cual sea su religión”, subrayó. “Después de que hayan tomado su decisión, no puedo indicar a qué iglesia vayan. Eso depende de ellos”. (Christianity Today, 9 de noviembre de 1962)

Con todo, algunas de mis calificaciones sufrieron. Necesitaba recuperar una tarea y mejorar mi promedio en Historia de la Educación, así que me ofrecí a dar una presentación sobre Martín Lutero. Era uno de los próximos temas y tenía mucho material disponible en la biblioteca de mi padre.
Leí mucho, tomé algunas notas y fui bendecida en el proceso, pero no me sentí lo suficientemente bien preparada. Delia y yo sabíamos reunirnos cada mañana en la iglesia para orar y "echar todas nuestras preocupaciones" sobre Él antes de salir para encarar el día. Necesitaba que el Señor ordenara todo lo que había leído y me diera las palabras adecuadas para compartir. ¡El resultado fue que El me ayudó!

Lo más destacado del año escolar fue que mi nueva compañera de clase, Delia Cuoccio (fila superior, extremo derecho en la foto de la clase), se convirtió en creyente, y poco después la siguió su hermana Ana María. Ahorraron dinero con sacrificio para comprar una Biblia y también para pagar la tarifa del ómnibus con el que viajaban a Don Bosco para asistir a tantas reuniones como fuese posible.

Delia Cuoccio (centro), su hermana la mira sonriente

Todos estos recuerdos enterrados, redescubiertos, desempolvados, clasificados y ordenados, despiertan en mí una enorme gratitud por los amigos que me rodeaban en esos años turbulentos de la adolescencia, y especialmente por el fuerte fundamento de la enseñanza de la Palabra de Dios que me llevó al crecimiento en la fe. Pude vislumbrar el recorrido por delante, el largo camino de la vida, y cuánto más quedaba por aprender.

No es que ya haya obtenido esto o que ya sea perfecto, pero sigo adelante para hacerlo mío, porque Cristo Jesús me ha hecho suyo (Filipenses 3:12 LBLA).

domingo, 15 de enero de 2023

Campamento 1962



Cuando llegaba enero, lo que más deseábamos era poder ir al campamento en las Sierras de Córdoba. Al menos era así  para los más jóvenes. Quizás no fuese tan emocionante para los mayoress, los pastores, misioneros  y obreros que tenían que agregar responsabilidades a sus ya cargadas agendas. 

Sin embargo, del informe entusiasta en el artículo "EL CAMPAMENTO, el Señor bendijo de nuevo", podemos deducir que todos tuvieron una experiencia maravillosa.

"Patagones", "Cuatro Dedos" , "Tres Plumas"  y "Onas" . Estos fueron los nombres de las cuatro tribus en las que se organizaron los jóvenes en el campamento. 

Fue la primera vez en muchos años que probamos la idea de las tribus y gracias al Señor y al espíritu de cooperación entre los jóvenes, funcionó. Se rompió cualquier espíritu de "casta" que pudiese  haber existido de otra manera.  Uno de los jóvenes  lo expresó de esta manera: "Simplemente éramos una gran familia". 

El grupo de músicos

Los jóvenes tienen que estar ocupados para ser felices. . . y la competencia contínua entre las tribus los mantuvo ocupados este año. Eligieron sus nombres y jefes, confeccionaron sus insignias, prepararon  dramas bíblicos, estudiaron para un concurso de preguntas bíblicas y eligieron a sus diferentes atletas para competir, jugar al ping pong, fútbol, ​​etc.

 

Las mañanas se dedicaban en gran parte a las clases. El hermano Dowdy enseñó el Libro de Efesios, el hermano Cover dió un curso sobre Historia de la Iglesia y el hermano Hoyt  sobre la Vida Victoriosa. Hubo comentarios de agradecimiento en relación a todos estos cursos.

Dejamos la tradicional sesión de predicación para los servicios vespertinos. 

Una noche,  Juan Colle pintó un cuadro con tiza pastel y dio un breve mensaje sobre la mayordomía.

Juan Colle
 Otra noche,  una de nuestras señoritas, interesada en la obra misionera entre los indios del norte argentino, mostró diapositivas y contó sobre el trabajo, presentando también una escena de un reciente viaje que realizó a esa zona  de Argentina.

Eunice Siccardi

En otras noches, tuvimos diapositivas sobre la relación cristiana entre chicos y chicas, una instrucción muy necesaria entre los jóvenes de casi cualquier lugar; preguntas bíblicas con competencia entre las tribus (¡fíjense bien en los cuatro jueces!).

Clark Miller, Solon Hoyt, J. Paul Dowdy, Robert Cover

Las tribus representaron  escenas bíblicas.

Una obra de teatro que muestra la necesidad de capacitación del Instituto Bíblico; y un fogón en la última noche. (The Brethren Missionary Herald, 07/04/1962)

Las chicas de Don Bosco que fueron al campamento:
Emilia, Elisa, Pirincha, Delia, and Rita

Nuestra amiga Mabel no pudo ir con nosotros al campamento este año porque no logró obtener una licencia en su trabajo. 

Para varios otros fue su primera experiencia de campamento.


Aquí hago una pausa para presentar a los dos miembros más recientes de nuestro grupo de jóvenes: Milly Piaggio y Julio Poncet.

Emilia, la llamábamos Milly, estaba en mi misma división del Colegio Normal de Quilmes, los primeros tres años de secundaria. Se la puede ver en  la fila superior, cuarta desde la izquierda en nuestra foto de tercer año. Hacia el final de ese año, comenzó a asistir a nuestra Escuela Dominical y le encantó. Vivía con su madre y su hermana mayor en otro pueblo. Su padre murió cuando ella era una bebé, por lo que la vida no fue fácil para ellas.


Hace unos años le pedí que me refrescara la memoria y me contara su historia. Esto es lo que ella escribió, añadiendo su sincero énfasis:

Rita, desde que te conocí en el Normal de Quilmes hasta todo lo que fue sucediendo mi vida cambió totalmente.

Me diste el libro de Mirtha Siccardi, impactó mi vida y de allí en más estuve con ustedes. 

. . . el trabajo en la iglesia. LOS LUGARES EN VILLA DOMÍNICO Y QUILMES QUE TRABAJÁBAMOS EN HORAS FELICES Y AUN ADULTOS.

Las visitas a la Villa y trabajar con las familias. Traer los niños a la Escuela Dominical.

Las reuniones de los domingos, las de jóvenes. Los estudios bíblicos que daba tu papá.

Las hermosas Santas Cenas con lavamiento de pies. ¡¡Inolvidable!!

¡Son tantas las vivencias y recuerdos! 

¡¡¡Los campamentos hermosos!!!

¡¡¡Allí conocí a Carlos!!! 

Vos y yo en los campamentos, a pesar de nuestra altura, ganábamos las carreras y salto en largo.

La pasábamos super bien. Muy bendecidos todos.¡¡Evangelizábamos mucho!! 

Salíamos por Don Bosco con nuestros folletos de puerta en puerta. ¡¡Me encantaba!!

Tus padres visitaban mucho las familias por las casas. Oraban en las casas. En la mía por mi familia y por vecinos también.

Otra, vos ibas con el acordeón por todos lados. En el patio de mi casa hacíamos reuniones. Vos tocabas.

Algunas notas para resaltar y ampliar el resumen de Milly:


--Encontré este párrafo, en una edición de El Heraldo, en elogio y agradecimiento por el libro de Mirtha.
--¡Dos de las chicas en la foto conocieron a sus futuros esposos en el campamento!

--Una de esas familias vecinas era la de Julio Poncet, que aparece a menudo en las cartas de esta época de mi historia. En respuesta a mi pedido, Milly escribió un resumen de su vida.

Julio Poncet

Julio pertenecía a una numerosa familia, cinco hermanos...éramos vecinos en la provincia de Bs As...Distrito de Quilmes...
Vivíamos en la calle República del Líbano ...al 200 ...esquina Andrés Baranda. De familia humilde ... limitados recursos ...El nace con una deficiencia de crecimiento y alcanza su altura a1.40 m. Su desarrollo mental..por el contrario muy brillante. Así es que cursa todas las instancias educativas del momento sin problemas llegando a obtener su título de abogado.  
En este transcurrir de vecindad próxima nos hacemos muy amigos ..se entrega a Cristo y comienza a congregarse en la Iglesia de Los Hermanos de Don Bosco. También el Evangelio llega a su familia . . .y en varias oportunidades son visitados por el pastor y su familia... Venía también a alguna horita feliz que se hacía en casa con vos Rita y tu acordeón. Su mamá y su hermano menor Horacio ..asistían a las reuniones. Sus hermanos también estudiaron carreras universitarias a pesar de sus condiciones desde el punto de vista social, humildes.

Después de esa maravillosa semana en el campamento (20 al 29 de enero), viajamos en la caja de un camión durante dos horas y media hasta la sede en Río Cuarto. Algunos de nosotros tuvimos que estar parados todo el camino, y la mayoría volvimos cantando coros del campamento todo el tiempo. (¡No recordaría nada de esto si no hubiera escrito largas y detalladas cartas a mi amiga Mirtha, y ella no me hubiese prestado la carpeta que contiene los años de correspondencia y no hubiera sobrevivido milagrosamente al incendio de nuestra casa!)
Le comenté en mi carta (2 de febrero) que Julio Poncet pudo dormir durante el viaje lleno de baches y polvo, ya sea sentado o de pie. Una vez más, durante el viaje nocturno en ómnibus a Buenos Aires, durmió profundamente. "Para dormir no tiene problema alguno." 


Otra de sus características que aparece repetidamente en mis relatos, fue su humor. Era divertidísimo y podía descostillarnos de la risa.


Cuando llegamos a la terminal de ómnibus de Buenos Aires nos esperaban dos de las madres, así como el señor Maconaghy y Carlos Sotola. La excusa de Carlos fue que quería conocer los puntajes finales de las diferentes tribus del campamento. ¿O,sería que en realidad quería ver a Milly?


Los efectos del campamento se sintieron durante mucho tiempo. La primera reunión de oración del jueves por la noche, todos nos reunimos de nuevo muy felices de estar juntos y nos unimos con oraciones sinceras. Nuestro novato, Julio Poncet, pidió a Dios que ilumine su camino y "Señor, guía a nuestros líderes que nos muestran el camino para conocerte".


El sábado, varios acudieron a la Hora Feliz de Villa Domínico. ¡Era la primera vez para Milly y le encantó! La asistencia fue buena. Más temprano en el verano, se llevaron a cabo allí reuniones evangelísticas con la carpa con resultados alentadores.


Cuando nuestro grupo regresó a Don Bosco, nos reunimos en el Templo, merendamos y nos quedamos a ensayar para el drama “24 Ancianos”, que la tribu Onas había presentado en el campamento, y para preparar los accesorios necesarios: arpas y coronas. Mi papá nos había pedido que representáramos la obrita en el servicio dominical para acompañar su sermón sobre los veinticuatro ancianos delante del trono en el Cielo como se describe en Apocalipsis 4-5. Deseaba que la congregación viese lo que los jóvenes habían experimentado y aprendido en el campamento. Por supuesto, no tuvimos la participación de veinticuatro ancianos, solo unos pocos representantes.


Julio Reta era el narrador y también hacía el papel del ángel poderoso que gritaba: "¿Quién es digno de abrir el rollo...?"


Antonio fue el apóstol Juan que lloró en voz alta cuando nadie fue encontrado digno. Y, como escribí en mi carta, "Lloró muy bien". 

Julio Poncet estaba muy contento de tener un papel. Él fue el anciano que consoló a Juan: "No llores más; he aquí, el León de la tribu de Judá,  ha vencido, para que pueda abrir el libro y sus siete sellos".

Los recuerdos de aquellos tiempos y de los queridos amigos de mi juventud han llenado tanto mi corazón y mi imaginación que quizá vertí demasiados detalles.


Entonces, por ahora cerraré con . . .


Continuará . . .  

Pachín