sábado, 31 de diciembre de 2022

1961

 

Foto de fin de año

A medida que sigo investigando en las fuentes disponibles para dar sentido a aquellos días lejanos, aprendo más sobre mis padres, sobre sus intereses en la vida y sobre mí.  Papá escribió un artículo para la edición de agosto del Heraldo Evangélico Argentino, titulado "La Exposición de los siglos". 

Desde la niñez he frecuentado exposiciones de una naturaleza u otra y he pasado momentos muy agradables examinando los artículos atractivamente colocados allí para el placer e instrucción del público. Hace pocos meses fui espectador en la Exposición Sesquicentenaria en Buenos Aires. Pasando de un pabellón a otro pude apreciar el desarrollo del país hasta este aniversario sesquicentenario en todos los aspectos de su vida social, industrial, cultural, educacional, comercial, científica, etc. ¡Cuánto tiempo habrá llevado planear esta exposición! 
El resto del artículo enumera y explica las múltiples maneras en que Dios revela las maravillas de la creación, la gracia y sabiduría divinas en el plan de redención.
Me gustó descubrir el disfrute de las exhibiciones por parte de papá durante toda su vida y, especialmente, su deseo de aprender todo lo que pudiese sobre el país donde eligió vivir.  Heredé su misma curiosidad!  En la sección Noticias de ese mismo número del Heraldo, encontré datos interesantes sobre las actividades y eventos de 1961. 
Don Bosco
Los jóvenes y el pastor están fabricando 16 bancos para el salón y 8 bancos bajitos para las dependencias de la Escuela Dominical. Hasta ahora se ha usado bancos pertenecientes al equipo de la carpa.
Unos siete jóvenes de esta congregación asisteiron en la Capital a la conferencia anual de L.A.P.E.N. Grandes bendiciones fueron recibidas especialmente en el desafío de poner manos a la obra. Algunos jóvenes pidieron el curso por correspondencia para maestros.
Tuvimos la grata visita de Angel Camandona, estudiante del Instituto Bíblico, en 4 reuniones recientes. Su presencia entre los jóvenes y su mensaje el domingo, 9 de julio, fueron de mucha bendición. 
Fue por esta época que los jóvenes decidieron dividir el grupo y comenzar otra Hora Feliz. Le expliqué esto a Mirtha, mi amiga cordobesa: 

Villa y Policlínico al fondo izquierdo

Un domingo se decidió comenzar una nueva Hora Feliz en una Villa Miseria aquí en Don Bosco cerca del Policlínico del Vidrio porque los que íbamos a Villa Domínico éramos 6 y a veces más. Pensamos que dividiéndonos no solamente se podría hacer más sino que los que quedabn encargados de una clase lo tomarían más a pecho por ser completamente responsables y no ir dejando cosas para los demás. Se propuso también que cada joven elegiese la Hora Feliz a la cual ir según le guiara el Señor. Es decir todos menos yo porque pienso que, estando los chicos de Villa Domínico acostumbrados al acordeón, yo tendría que seguir allí.

Julio siempre sintió el llamado del Señor a una Hora Feliz en barrio pobre . . .

Antonio sintió lo mismo.

Ricardo y Roberto no querían dejar de ir a V. Domínico. Entonces, como tenía que ir una chica a la clase nueva, Mabel ocupó ese lugar. Y así se dividieron las fuerzas.

Antonio enseñando


Roberto dando la lección

 

 
Roberto recuerda haber ido a un barrio peligroso para llevar a algunos de los chicos a la escuela dominical y haber tenido que hacer un rodeo para evitar ciertas zonas. 

Ese esfuerzo prosperó y creció.
Le escribí a Mirtha contándole que había vivido un momento de desaliento y fracaso.
Fue un domingo cuando la Hora Feliz en Villa Domínico tuvo una asistencia muy pobre y la Hora Feliz nueva una asistencia maravillosa y como yo voy a V. Domínico me sentí responsable y culpable e impotente. Cuando volví, lloré.

Al leer ese párrafo, recordé un período de tiempo, que no puedo precisar con exactitud, en el que pasé por un momento de desánimo y apatía general. Mi padre, cariñosamente me hizo notar  esa actitud y sus palabras me sacaron del desánimo. 

Las siguientes fotos me llevan a concluir que cuando los Marshalls pasaron por Buenos Aires rumbo a los EE.UU. tuvimos una reunión de despedida junto con los Maconaghys y algunos de la congregación de Mármol. 


También fue el año en que el libro de mi amiga Mirtha estuvo disponible y causó gran revuelo en nuestros diversos círculos. Describí esto con detalles en mi carta del 29 de agosto de 1961. 

 

Tema: Libro maravillosísimo de la famosa autora Mirtha Febe Siccardi

Este va a ser un tema larguísimo porque voy a contarte todo lo que me acuerde referente a tu precioso libro desde que salió a la venta.

El primero en comprarlo aquí fue Julio, que lo leyó enseguida por segunda vez, gustándole tanto o más que la primera vez.

Después mi papá trajo 10 para vender. La Sra. Alessandria lo compró y lo leyó en una noche y, por supuesto, quedó encantada. 

The Alessandrias with a young girl they helped

Aquí haré una pausa para presentar a la Sra. Alessandria en las palabras de mi madre en una charla que dio durante la licencia. 

Quiero hablarles de la Sra. Alessandria. Habíamos oído que quería una Biblia, así que nos llevamos una y fuimos a visitarla. Ella estaba enferma ese día y no pudimos verla. Poco tiempo después, volvimos a ir. En esta visita abrió su corazón y nos contó su historia.  

Tiene dos hijos: un hijo y una hija. La hija está casada, pero cuando el hijo todavía estaba en casa, se levantó una vez en medio de la noche y fue al taller de su padre (que es herrero), se apropió de algunas de las herramientas más valiosas y luego se fue a vivir con una prostituta.  Hasta el día de hoy nunca ha vuelto a hablarles 

Una vez, estando yo con ella, él pasó. Ella le habló pero él nunca respondió… Le dijimos que tal vez el Señor permitió esto para que ella se diese cuenta de su necesidad de un Salvador. Evidentemente, en ese momento, cuando le estábamos explicando cosas de la Biblia, ella aceptó al Señor, pero no lo supimos hasta nuestra próxima visita. Le preguntamos si no entregaría su corazón al Señor. "Oh", dijo, "Pastor, ya lo hice la última vez que estuvo aquí".  

Continuando con la trayectoria del apasionante libro de Mirtha, Brillando para Él: 

Mirta Fisher lo compro, leyó y le gustó.

Mabel lo compró y comenzó a leerlo la segunda mañana después de operada de urgencia en un Sanatorio. Leyó 2 capítulos y pensaba dejar porque, claro, no debía cansarse mucho, pero no pudo dejarlo y lo terminó esa misma mañana con el resultado de que quedó cansada pero encantada. Esa tarde fui a visitarla pero no pude verla porque estaba mal, pero no por tu libro (no te sientas culpable ¿eh? al contrario, alegrate) sino porque antes de que fuese yo, habían ido otros, entre ellos Julio que la hizo reír demasiado (cosa que no podía hacer estando recién operada) pensando que le hacía un bien porque la veía tan triste y decaída. Después de leerlo Mabel se lo regaló a una enfermera que le había hecho preguntas referentes al libro. 

Mi mamá se quedó hasta no sé que hora avanzadísima de la noche tragando tu libro. La noche siguiente estaba agotada. (Te das cuenta cuantos daños has hecho?). ¡Ah! y lo mismo le pasó a la Sra. de Maconaghy que se quedó leyendo 2 noches hasta las 12 o más y le gustó muchísimo. Mi mamá también dice que es muy lindo pero que hay una cosa que no le gusta: (no te asustes, es un chiste) que Mónica era pelirroja. [A mamá nunca le gustó su pelo rojo. Había sido objeto de burlas sin piedad cuando era niña.]  

Silvia Reta [hermana menor de Julio] lo leyó. Lo empezó una noche y la mañana siguiente lo terminó. Al día siguiente cuando volvíamos juntas del colegio, ella me dijo: "Sabés que leí el libro de Mirtha . . .'divino'" y me siguió hablando todo el viaje de tu libro maravilloso, muy femenino, muy buen argumento, hermosísimo final y muchas cosas más.  

Una señorita de sobrenombre Pepita, mendocina, de hermosa voz,  que estudia canto en el teatro Colón y se está quedando con los Reta, prometió leerlo. 

Un día llevé tu libro al colegio y todos se peleaban por leerlo primero. Mi compañera ya lo leyó y le gustó y me pidió tu dirección para escribirte.

Ahora lo están leyendo otras compañers. Tengo 39 compañeros así que no sé cuando terminarán de leerlo todos.

Yo lo estoy leyendo otra vez de a poquito pero resulta que ahora con este asunto de los préstamos no queda ningún libro en casa.

The Covers

En mi correspondencia con Mirtha del 5 de septiembre, escribí sobre dos visitantes: la familia Cover--Bob, Joene, Viki (6), Lynnie (3) y Bobby (casi 2)--nuevos misioneros que estuvieron con nosotros de jueves a lunes. Venían de  una escuela de idiomas en Costa Rica y se dirigían a Corral de Bustos para hacerse cargo de la obra allí. Los disfruté tanto que hablé efusivamente de ellos. Reaparecerán más tarde varias veces en la historia de mi vida.  El siguiente visitante fue Carlos Sotola, un joven del interior, de una de nuestras iglesias en la provincia de Córdoba. Cumplía el servicio militar en Buenos Aires y pasaba la mayor parte de su tiempo libre en Mármol. Pero este particular domingo de septiembre vino a Don Bosco a pasar el día. Le dio vergüenza venir a nuestra casa para el almuerzo, ya que éramos muchos con los nuevos misioneros, por lo que Julio lo invitó a almorzar con él. 

Se lo conté a Mirtha:

Entonces se fueron los dos a un almacén, compraron fiambre, dulce de batata con chocolate, queso y no sé que más y después fueron a una panadería, compraron pan, luego fueron al campo e instalaron su campamento. Comieron; vino Ricardo a verlos; Julio fue a la casa para avisarle a la madre que ya había almorzado; volvió con la bicicleta que tiene él y como ahí en el campito donde estaban hay algunas "lomitas" se pusieron los tres, uno por uno, a subir y bajar volando con la bicicleta, que para colmo no tiene frenos.

¡Estos muchachos sabían cómo divertirse sanamente! 

Luego se unieron al grupo que iba  a Villa Domínico para la Hora Feliz, ¡otra diversión gratificante! 

De camino a casa, Lynn tuvo la premonición de que daríamos la bienvenida a más visitantes. Lo decía a menudo y nos burlábamos de él. Pero esta vez era cierto. Nos esperaban la señora Rossetti y su hija Amalia. Carlos también se unió a nosotros esa noche, así que éramos 14 para cenar. 

Habría mucho más que contar sobre cada uno de los mencionados en este capítulo. Estos son meros destellos del intrincado patrón que Dios estaba tejiendo con nuestras vidas. Varios nombres reaparecerán en futuros episodios.  Un evento importante ese año tuvo lugar en General Deheza, el 16 de diciembre: la boda de una pareja que, en los años venideros, jugaría un papel importante en la historia de la congregación Don Bosco. 

Boda de Eduardo Coria y Nora Claro

¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! 

¡Cuán inescrutables son sus juicios e inescrutables sus caminos! 

(Romanos 11:33) 

 

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Los jóvenes

 

 

Los jóvenes tuvieron un papel importante en la obra de Don Bosco. Eran muy queridos por mi padre. En 1963, en su último mensaje a la congregación, habla sobre la importancia de educar y capacitar a los niños en la Escuela Dominical, porque luego se involucrarán en todos los aspectos del ministerio. 

Como unos dos años atrás se hacía notar en forma notable los resultados de los años de trabajo con los niños de la escuela dominical. Los niños ahora son jóvenes y cada día están tomando más responsabilidad. Estos jóvenes se están transformando en hombres y dando estabilidad a la obra. Son jóvenes cuya diversión es servir al Señor: tienen dos horas felices y piensan iniciar otras; dirigen la Escuela Dominical en un sentido amplio y dirigen los cantos en otras reuniones; toman la predicación de vez en cuando; han dado muchas horas a los trabajos en el templo, y para esta campaña del décimo aniversario han hecho virtualmente todo. Damos gracias al Señor porque creo que ellos lo han hecho para glorificarle a El.

Algunos de los adolescentes trabajaron con mi padre desde los primeros días haciendo sillas plegables, bancos y otros proyectos de carpintería. Estuvieron involucrados junto a papá en todas las fases de la construcción del Templo. 

En su mensaje de despedida, resumiendo el período comprendido entre agosto de 1958 y diciembre de 1962, recuerda los días posteriores a nuestro regreso de Estados Unidos. 

Iniciamos el trabajo para terminar el templo. Se hicieron las veredas y otras cosas pequeñas. Deseando terminar pronto el revoque y el piso, se consiguió un préstamo . . . Pero, con el correr del tiempo, vimos la necesidad de más lugar para la escuela dominical. Por eso no paramos hasta edificar dos plantas de 2.80 por 12 metros al costado del salón . . . Recién este año pudimos darle el revoque fino, colocar el piso y pintar las paredes. Propusimos terminar todos los detalles para esta dedicación, pero a pesar de la buena voluntad especialmente de los jóvenes, no pudimos alcanzarlo por las muchas cosas que faltaban y el poco tiempo disponible.

Sin duda, las habilidades aprendidas trabajando junto a mi padre les han servido mucho en la vida. 

Recuerdo que papá iba al Templo temprano todas las mañanas para reunirse con algunos de los muchachos antes de que tomasen el tren para ir a sus respectivos trabajos. 

Las cartas de mis padres a la familia Hirschy se volvían poco frecuentes, así que cuando les llegó una escrita en el mes de marzo, mis abuelos la incluyeron completa entre los resúmenes enviados a los hijos dispersos en el extranjero. Mamá empezó la carta el día 24. 

Tengo un montón de trabajo pero como no hay luz ni agua no puedo hacer nada. . . Últimamente hemos tenido muchos problemas con la electricidad y el agua. . . La mayor parte del tiempo tenemos alrededor de 150 voltios en lugar de 220 y anoche bajó a 100 y luego estuvimos sin electricidad unas cinco horas. Anoche tuvimos un servicio muy romántico a la luz de las velas. Hubo que comprar un regulador de voltaje y rebobinar el motor de la bomba debido a la baja corriente. Ahora, para colmo, cuando conseguimos el regulador no hay luz en absoluto. Hoy los chicos fueron a la escuela con sus lecciones estudiadas a medias 

 Un bebé de incubadora murió por eso en estos días. . .  

Yendo a un tema más agradable. hemos tenido muy buenos servicios los últimos dos domingos. . . 

Mabel dando la lección en la Hora Feliz en la villa cerca del hospital
Los jóvenes han iniciado otra Hora Feliz  en Villa Domínico. También es una alegría escuchar como los jóvenes están aprendiendo a cantar. Tenemos un trío de señoritas, un cuarteto de varones y un coro. Todos los domingos por la noche hay  música especial y eso le agrega mucho al servicio. 

 

Eunice Siccardi (hermana mayor de Mirtha) se quedará con nosotros un par de meses. Vive en nuestro garaje, y, como trabaja 12 horas al día como enfermera, apenas la vemos. Está interesada en abrir un hospital en el Norte del País, entre los indios. Su intención es ganar suficiente dinero para hacer un viaje de exploración y ver si el Señor realmente quiere que cumpla esa misión. 
Esta semana Sam estuvo tres días en Río Cuarto. Hay tantos problemas que resolver: lugares sin pastores, la Junta Extranjera está endeudada . . . Ahora no tendremos dinero para reparar el Ford A. 
La familia Hoyt y su auto en 1961

El Consejo quiere que vayamos a Río Cuarto cuando los Marshall se vayan en el mes de junio, pero nos parece que no es prudente sacar a tres chicos de la escuela en la mitad del año. . . No tenemos ningún deseo de ir. Confiamos en que el Señor lo solucionará. . . No nos sentimos dispuestos a ir hasta después de que termine el año escolar.  

La semana pasada arreglé un viejo impermeable para Lynn. Es casi imposible estar sin impermeable en B.A. esta semana quiero arreglar un abrigo de Aldo a la medida de Iván que se está volviendo alto y más delgado y le está quedando pequeña la mayor parte de su ropa. Nos trae mucha alegría y en general se porta bastante bien. 
El 27 de marzo, papá decidió continuar la carta. 
Si no completo esta carta, estará aquí por lo menos una semana más. Kathryn tiene demasiadas cosas que hacer y supongo que eso es cierto para todos menos para Aldo y Ivan. Lynn y Rita están ocupadas desde las 6 a.m. hasta las 21:00 El bachillerato aquí es un asunto serio, si uno no se mantiene al día está perdido. Lynn tuvo una lección oral de Botánica el otro día y obtuvo una calificación perfecta, por lo que está comenzando bien. Tuvo que rendir un examen de ingreso para entrar al Colegio y se sentía bastante seguro de sí mismo. Sin embargo, no alcanzó la mínima calificación necesaria y solo entró porque se produjo una vacante. 
Julio, Roberto, Antonio
Tengo una reunión de oración en la mañana temprano con algunos de los muchachos de la iglesia. . . Uno está especialmente deseoso de ir al Instituto Bíblico. . . Se levanta a las 6:30 A.M. y después de desayunar, antes de  tomar el tren pasa por la iglesia para orar. Trabaja hasta el mediodía, come unos sándwiches que lleva consigo, estudia allí mismo en el lugar de trabajo, donde está hasta las 6 de la tarde, va a las clases nocturnas del colegio secundario  hasta la medianoche y no llega a casa hasta las 0:30 o la 1. 
En la carta de mamá, del 19 de abril, hizo referencia a nuestra rutina diaria. 
El bebé [Ivan], Rita y Lynn están durmiendo la siesta porque nos levantamos a las 6 de la mañana. Luego de la siesta se levantan y estudian. Aldo está en la escuela. Sale de casa a las 13:00 Hs. y llega de vuelta a las 17:15. Está tan delgado como siempre y casi todas las mañanas y las noches, estornuda profusamente. No hemos averiguado cuál es el problema. 

En una carta a mi querida amiga Mirtha, hacía referencia a mi horario loco, acostarme después de la medianoche y levantarme a las 5:30 o 6:30 para salir a la escuela a las 7:00. Estaba cansada de estudiar desde la mañana a la noche (¡y ni siquiera tenía un trabajo como los chicos!). Cité la linda expresión de mi hermanito Iván, "Estoy sueño".  

Reanudé la carta al día siguiente, 6 de mayo. 
Bueno dentro de un rato tendremos una reunión de jóvenes que será un estudio de Homilética. Varios jóvenes quieren saber como dar mensajes. Dos de ellos siguen esas reuniones de oración con mi papá a la mañana. También aprenden un texto todas las mañanas.

Lo que llamé el postre de la carta, fue la noticia de que se había publicado el libro de Mirtha! (Ver los capítulos anteriores sobre Mirtha). Esperábamos que su hermana Eunice pudiera traer una copia, ya que aún no estaba en venta. Días después escribí en celebración del día que terminé de leerlo: 

Hoy, 15 de mayo de 1961, he terminado de leer tu maravilloso libro. No puedo expresarte con palabras lo que siento, es algo demasiado hermoso y profundo.

Vos sabés que aquí hubo, hay y habrá todavía por mucho tiempo una revolución por tu preciosísísimo libro. Lynn lo leyó y dice que cuando llegó al final tenía ganas de llorar porque no había más libro para leer. Yo fui la segunda en empezar a leerlo pero resulta que Eunice me dijo que cuando yo terminara se lo diera a Julio (que se moría por leerlo) y como era el domingo a la tarde quería dárselo en la reunión a la noche. Leí y leí, tragué y tragué, llenísima de admiración y orgullo por mi amiga . . . pero no lo pude terminar para la reunión. Se lo dí igual porque preferí que lo leyera él primero. Anoche se quedó hasta las 12 más o menos, mejor dicho hasta que su mamá le dijo que apagara la luz. Esta mañana yendo al trabajo, volviendo, caminando, en todo momento libre siguió leyendo y lo terminó, también muy emocionado. 

Otras noticias esparcidas en las cartas: 

Papá mencionó que en abril, veinticinco rusos emigraron a la Argentina. Los periódicos decían que pertenecían a la iglesia ortodoxa griega, una secta llamada "vieja fe" y cuando se les hizo demasiado difícil continuar con su religión, huyeron a través de China. “Nos hubiera gustado ir a verlos bajar del barco pero no pudimos. Son los primeros 25 de 100 que vienen”. 

Más tarde escribió sobre las reuniones especiales, del 22 al 24 de mayo, con el Dr. Adam, un ex sacerdote catolico, y cómo la congregación y los visitantes las disfrutaron muchísimo. 

En junio, los Marshall partieron hacia Estados Unidos. ¡Me sorprendió especialmente leer en mi correspondencia con Mirtha que mis padres compraron el acordeón de Margaret para mí! ¡Yo estaba muy emocionada! "Es hermosísimo tocar el acordeón. Estoy loca de contenta". El instrumento sirvió para atraer a los niños al iniciar la clase bíblica cuando llegábamos al baldío de Villa Domínico. 

El 21 de junio escribí describiendo la participación mensual de los jóvenes en el servicio dominical. 

Los jóvenes tienen a su cargo una reunión por mes . . . uno dirige, uno o una da una lección objetiva, hay número especial, una (generalmente) lee una lectura y luego un joven predica. Me refiero a una reunión de domingo a la noche, ¿no? Este plan se comenzó el mes pasado y el predicador fue Roberto. Como son cuatro los jóvenes muchachos . . . entonces mi papá los distribuyó en el siguiente orden: Roberto F. Julio R., Ricardo R. y Antonio M.

Roberto Fernández

Esta semana pasada le tocó a Julio el mensaje . . . vino a casa y pidió ayuda a mi papá para más o menos ordenar el tema de JUSTIFICACIÓN. . . Después se estuvo preparando casi toda la semana en su lugar preferido para estudiar, el templo. El domingo por la tarde no fue a Villa Domínico para la Hora Feliz sino que se quedó con su amigo inseparable, Antonio, para practicar su sermón predicando a los bancos y a Antonio.

Cuando volvimos de Villa Domínico fui con Mabel al templo a pintar una cosa en el pizarrón para la lección objetiva que tenía que dar ella y cuando llegamos oímos unos gritos. Era el predicador de la noche ensayando. . . 

Julio Reta

Una señora dijo que la reunión estuvo "¡Kilo!" Otra dijo: "¡Cómo se portó el petiso. 10 y mención especial". Mi papá le dijo: "Muy bien, Julio, muy bien. Espero que todos tomen el ejemplo de Ud. y tengan su tema bien dominado". Y para mí, fue la primera vez que entendí lo que era la justificación.

Nos convertimos en un grupo muy unido mientras servíamos juntos y aprendimos mucho. Estoy agradecida de que se nos permitieran tantas oportunidades a pesar de que éramos tan jóvenes. 

No dejes que nadie te menosprecie porque eres joven,

sino sed un ejemplo para los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en fe y en pureza. 

(1 Timoteo 4:12) 

Pachín