miércoles, 14 de abril de 2021

Treinta y nueve días



    “Treinta y nueve días” solía decir Mamá cada vez que se refería a nuestro viaje por mar. Después de numerosas demoras, decepciones y meses de espera, ¡por fin nos dirigíamos a la Tierra Prometida! 

 

     A pesar del calor, estábamos muy bien, pero ¡cuánto deseábamos volver a pisar tierra firme!, escribió papá en la mitad del viaje. 

 

    El confinamiento en un buque de carga con una niña pequeña fue un desafío. Mis padres pasaron mucho tiempo detrás mío. Una vez estuve terriblemente cerca de caer por una escotilla a la bodega. 

 

    La primera parada se hizo en Trinidad y fue muy corta, sólo unas pocas horas para reabastecer, tomar agua y dejar a tres personas. Algunos valientes pasajeros tomaron unos botes livianos a motor para hacer el viaje de casi dos kilómetros hasta la costa. Nosotros estábamos entre ellos. 

 

    Mis padres escribieron sobre la gente: Los nativos de Trinidad son en su mayoría negros, pero hay unos pocos blancos y un buen número de hindúes. Se detuvieron a escuchar a un músico callejero de la India que tocaba un instrumento de una sola cuerda y cantaba en su lengua materna. Acosados a cada paso por vendedores ambulantes que vendían pulseras, papá escribió: Los norteamericanos no sabemos nada de un vendedor insistente de verdad. También señaló: Sus vehículos son muy divertidos. Los más habituales son el burro y la bicicleta inglesa. La mayoría de los autos son muy pequeños, hay Austin y Ford de fabricación inglesa. Algunos de los tranvías eran muy buenos coches eléctricos, pero la mayoría tenían un aspecto primitivo, sin laterales. 

 

El mercado al aire libre, en opinión de papá, era muy interesante pero no apetitoso. Los cocos vendidos en todas partes lo llevaron a cuestionar la escasez existente en aquel entonces en los EE. UU.  

 

    No estábamos acostumbrados a la gran variedad de comidas que servían abordo. Mamá listaba: Seso, cabeza, lengua, intestinos, cola, riñones, hígado, pavo, pato, pollo, todo tipo de pescado, ternera. El plato especial de cada comida es "bife a la plancha" , tan poco cocido que se sale la sangre al cortarlo. Cómo disfrutaríamos de una comida sencilla de ternera bien cocida. La mayoría de las comidas incluían algún tipo de papas fritas. Mamá siempre pedía, y le servían, papas hervidas. 

 

    De los ciento treinta y cuatro pasajeros a bordo, veinticinco eran niños. Yo era la chiquita rubia de cabello enrulado que corría por la cubierta. Los marineros premiaban mis saludos--Buenos días, buenas tardes / noches; Hasta luego; ¿Cómo le va?--copaquetes de galletas o una manzana. 

 

    El 11 de enero, al cruzar el Ecuador, la tripulación hizo una fiesta especial con juegos y golosinas para todos los chicos. Como parte de la ceremonia, nos rociaron con una manguera y nos entregaron un diploma de bautismo del Rey Neptuno firmado por el capitán. 

 

    No todo era juego y diversión para mis padres a bordo. Usaron ese largo tiempo en el mar para practicar lo que habían aprendido del idioma español. Un conferencista y negociador mejicano les ofreció un par de lecciones para reducir el choque cultural que les esperaba en Argentina. En Río de Janeiro, primer puerto visitado en el viaje, habría mucho más por aprender.  

 

    El sábado, 19 de enero, a las 4:00 a.m., Papá se levantó al amanecer para ver la llegada al puerto. Fue una vista muy hermosa. Las luces delimitaban la costa, así como la enorme estatua de Cristo. 

 

Photo credit Joshua Woroniecki


    Cinco horas más tarde, el barco amarró en el muelle número 2. Inmediatamente los estibadores, manejando las grúas anaranjadas que corrían por las vías a lo largo del muelle, comenzaron la descarga, ¡eran  trescientas toneladas! A estos trabajadores portuarios se les pagaba 20 cruzeiros al día, que equivalían a 1 dólar, una pequeña cantidad en comparación con los de Nueva York cuyos salarios eran de 10 dólares al día. 

 

    El jueves todavía estaban descargando. El José Menéndez zarparía hacia dos puertos más, Santos, Brasil, y Montevideo, Uruguay, antes de llegar a Buenos Aires, nuestro destino final. 
  

    Mientras tanto, ¡nos dispusimos a disfrutar de Río! La larga estadía nos permitió hacer turismo, ir de compras e incluso asistir a un servicio religioso dominical. 

 

    Los pasajeros metodistas y pentecostales que eran pastores, habían llevado a cabo servicios religiosos. Papá, un pastor de Grace Brethren tomó su turno. Mamá escribió sobre el sermón de papá, un mensaje breve pero claro, con ilustraciones del mar. (Me pregunto ahora cuáles serían aquellos ejemplos…). 

Hizo cuatro preguntas: 

 

1) ¿Cuál es la condición moral actual del hombre? 

2) ¿Cuál es la sentencia de Dios sobre el pecado del hombre?

3) Dado que la sentencia de Dios es la muerte, ¿estarán todos muertos por la eternidad? 

4) ¿Qué debo hacer para ser salvo? 

 

    Según Mamá, los chicos hablaron de eso durante bastante tiempo después. 

 

    Durante el domingo pasado en Río, las tres familias misioneras asistieron a una Iglesia de Dios y se les pidió que compartieran unas palabras a través de un intérprete. Estos nuevos contextos y experiencias llevaron a mis padres más allá de sus costumbres; por ejemplo, todos oraban en voz alta de tal modo que el hombre que supuestamente debía estar orando no podía ser escuchado. 

 

    El lunes la familia salió a hacer turismo y algunas compras. Casi todo es caro y está muy mal hecho, escribió papá. Tienen muchas cámaras, radios, etc., cosas que no se ven muy a menudo en Estados Unidos desde la guerra. El hallazgo de mamá fue una espátula de goma, algo que había estado buscando durante mucho tiempo. 


Tarjeta postal muy antigua


    A mitad de semana fuimos al Pan de Azúcar (Pão de Açúcar), el más alto de dos picos (400 metros) en una península que se adentra en el Atlántico. El nombre originó en el siglo XVI, en el apogeo del comercio de la caña de azúcar, porque la forma se asemejaba a los moldes cónicos de arcilla utilizados para transportar el azúcar en los barcos. Encima del Pan de Azúcar hay una especie de restaurante y pista de baile. Desde entonces, se han agregado hoteles, atracciones turísticas y una variedad de excursiones. Una actividad interesante es la escalada en roca con un guía profesional a lo largo del mismo camino que tomaron los primeros escaladores en 1817. Los anuncios turísticos aseguran que "es una aventura clásica que no debe perderse." Exclaman además,  "¡Observe los monos salvajes!"

 

    El acceso al teleférico en dos etapas sigue siendo necesario para llegar a la cima, pero la línea original del teleférico que data de 1912 se reconstruyó dos veces desde entonces. 

 

    Papá escribió sobre la espectacular vista desde El Pan de Azúcar: La costa de Río es especialmente bella; construida con hermosas curvas, playas y calles frente al mar. Las casas y los edificios públicos son muy coloridos: blanco, gris, rosa y colores variados. Los techos son principalmente de teja roja. 

 

    El jueves, después de unos días frescos, el alivio del clima se terminó. El pronóstico anunció que vendrían días más calurosos.  


    Yo mostraba los efectos de nuestra permanencia en los trópicos. El aspecto de Rita, picada por los mosquitos es un espectáculo gracioso…, escribió mamá. También tiene una bonita marca redonda negra y azul en la mejilla. El moretón apareció el otro día cuando cayó sobre cubierta. 

 

    Cuando le preguntamos a Rita dónde están la abuela, el abuelo y el tío Phil, ella todavía dice "Muy lejos". Luego dice que quiere irse, "adiós". 

Rita y el tío Phil, septiembre  de 1945

 

    Mientras pasábamos el tiempo en Río, seguían descargando el buque; y no se sabía cuánto tiempo faltaría para terminar. Ya estamos tan cansados ​​del viaje… y todavía falta la parada en Santos. Será algo maravilloso cuando finalmente estemos allí. Mamá toda su vida se mostró impaciente por lo que era de venir. 

 

    Al reflexionar sobre el relato de mis padres, me vino a la mente Proverbios 13:12 (NBV): La esperanza frustrada trae angustia al corazón, pero el deseo cumplido es como un árbol de vida. Entonces reconocí que llegar a Argentina sería un mero comienzo--un árbol tarda toda una vida en crecer. 

 

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    Durante los treinta y nueve días que nuestra pequeña familia estuvo en el mar, aislada de la patria, los amigos y parientes, la información que recibíamos era escasa, Ignorábamos lo que estaba sucediendo en el mundo en general. 

 

    Algunos eventos de interés periodístico que mis padres se perdieron: 

  • Tornados en Texas;
  • Catorce mineros muertos en una explosión en West Virginia;
  • Veintiún muertos en  un vuelo de United Airlines que se estrelló contra la ladera de una montaña en Wyoming;
  • La huelga de 268.000 trabajadores que comenzó el 16 de enero y duró diez días hasta que el gobierno confiscó 133 plantas empacadoras de carne;
  • El 21 de enero, la huelga más grande en la historia de Estados Unidos, cuando 750.000 obreros siderúrgicos abandonaron sus puestos. 

 

    Los titulares del extranjero incluyeron: 

  • "Lord Haw Haw ahorcado por traición": el 3 de enero, William Joyce murió en la prisión británica de Wandsworth. 
  • "El USS Brevard rescata a civiles japoneses". Había 4.296 pasajeros a bordo del Enoshima Maru cuando se hundió cerca de Shanghai, el 23 de enero. (Guinness enumera el evento como "El mayor rescate realizado en el mar").   

    A medida que el mundo purgaba los males de la Segunda Guerra Mundial, los pueblos y las naciones cambiaron y se reorganizaron. El 1 de enero, el emperador Hirohito anunció que "El emperador no es un dios viviente". Y que su pueblo debía "proceder resueltamente hacia la eliminación de las ideas equivocadas del pasado y la concepción de que el Emperador es divino y que el pueblo japonés es superior a otras razas y está destinado a gobernar el mundo". Su admisión se publicó en todo Japón, pero dudo que mis padres hayan oído hablar de este o de cualquiera de los siguientes acontecimientos:  


  • El movimiento "Vuélvanlos a casa" obligó al Departamento de Guerra a continuar la desmovilización constante de soldados de Filipinas, Francia, Guam, Alemania y Estados Unidos. 
  • Austria, la primera víctima de los nazis, fue restaurada como república soberana. 
  • Las Fuerzas Aliadas devolvieron el control de las Indias Orientales Holandesas liberadas (ahora Indonesia) a los Países Bajos.  
  • Las primeras elecciones multipartidistas en quince años se llevaron a cabo en Alemania en la zona ocupada estadounidense.  
  • El 11 de enero nació la República Popular de Albania, con Enver Hoxha como primer ministro.
  • Charles de Gaulle dimitió como presidente de Francia. 

 

    Partiendo de Brasil el 31 de enero, es probable que mis padres supieran de la toma de posesión de Eurico Gaspar Dutra como primer presidente electo democráticamente en quince años. 

 

    Años más tarde, el nombre Adolf Eichmann (autor intelectual de la "Solución Final a la Cuestión Judía") significaría algo para todos nosotros, cuando tras varios cambios de nombre, fue descubierto escondido en Argentina y luego ahorcado en Israel en 1962. Sin embargo, el 5 de enero de 1946, cuando escapó del campo de detención estadounidense en Oberdachstetten, era un desconocido para nosotros. 

 

    Hoy en día, aún con Internet y una sobrecarga abrumadora de información, también es posible no ser conscientes de la realidad. De la misma manera, nuestros conocimientos son ahora muy limitados, como si estuviéramos viendo una figura en un espejo defectuoso; pero un día veremos las cosas como son, cara a cara. (I Corintios 13:12a NBV) 

 

    Lo cierto es que mis padres en 1946, a sus veinticuatro años, llenos de fe y entusiasmo, entraban en una cultura que les era prácticamente desconocida. 

 

 

2 comentarios:

  1. Rita---Emocionante tu descripcion de Primer Viaje de Uds,a Nuestra Patria donde disfrutamos tantos Años de tan bendecido Ministerio de la Familia Hoyt.--- Gracias Rita

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Pachín