jueves, 14 de octubre de 2021

La carpa

     

La carpa y don Pedro Olthoff

    Aunque la correspondencia de mis padres acerca de los primeros años de la familia en Argentina se ha ido agotando, la historia continúa. Los artículos de la revista denominacional, The Brethren Missionary Herald, me ayudan a armar el rompecabezas de los años vividos en La Carlota. 

    Estos fueron años pioneros para la Iglesia de Los Hermanos en Argentina. Papá reflexionó sobre esos tiempos en un artículo de 1947:

     "Muchas son las experiencias emocionantes de un nuevo misionero: sus primeras oportunidades para conversar en la nueva lengua, su primera vez para orar, para dirigir una reunión y para predicar. Entre estas también se encuentra la primera escuela bíblica de vacaciones. Para mi esposa y para mí, este gozo llegó bastante temprano. Entramos en la obra en noviembre y comenzamos nuestras escuelas bíblicas el mes siguiente. 

    La primera se realizó en La Carlota. Con nuestra poca experiencia y un vocabulario muy limitado no podríamos haberlo hecho solos. Tres de los creyentes ayudaron maravillosamente; de hecho, hicieron la mayor parte del trabajo, aunque esperábamos una mejor asistencia. Nuestra escasa experiencia fue uno de los grandes impedimentos, pero Satanás también estaba en acción, como lo demuestra una madre que llegó a la puerta y prohibió muy enojada a su hijo que viniera con estos Evangélicos. 

    La siguiente escuela bíblica, en un pueblo más pequeño llamado Los Cisnes, fue excelente. La asistencia fue de 23 a 33 cada día. Allí también tuvimos ayuda: un creyente de La Carlota y dos creyentes de Los Cisnes. El Evangelio se presentó con tanta claridad que seguramente se verán frutos de esos esfuerzos. 

    En Santa Eufemia tuvimos la suerte de contar con la ayuda de Nélida Nuñez, quien ahora es trabajadora de tiempo completo en la misión. El primer día solo vinieron siete. El segundo llovió y vinieron nueve. Al cambiar nuestros métodos, en lugar de esperar, ir a buscar, vimos resultados maravillosos. Cuarenta y cinco niños fueron alcanzados para Cristo y treinta y cinco estuvieron presentes al mismo tiempo.  

    La última escuela bíblica se llevó a cabo en Alejandro. Estábamos completamente solos. Comenzamos con cuatro chicos, al final de los seis días había dieciséis. En total, unos ciento veinte niños escucharon el Evangelio y lo llevaron a sus hogares. El próximo verano esperamos resultados aún mayores. (The Brethren Missionary Herald, 9.08.47)"

     Un informe general del campo misionero argentino en la edición de noviembre de 1947 decía: "El verano se acerca con sus reuniones en carpa, el campamento de jóvenes, las escuelas bíblicas de vacaciones y la conferencia". Estos eventos anuales pertenecen a mis recuerdos como los muebles favoritos en una casa familiar. 

    La carpa grande es uno de esos "personajes" memorables en la historia de mi vida. Investigar el ministerio de la carpa, agregó historia y textura a mis recuerdos. 

    Un informe escrito un año antes de la llegada de mi familia, hablaba de las cuatro campañas en carpa ese verano, las bendiciones y las tribulaciones. Dos nuevas ciudades estaban ahora abiertas al Evangelio. En la primera campaña, celebrada en noviembre de 1943, sesenta personas respondieron a la invitación a entregar su vida a Cristo. 


    En otra ciudad con una presencia del Evangelio de ocho años, hubo once respuestas a pesar de la gran oposición de todo tipo. El peor momento llegó el 31 de enero de 1944, cuando se cortaron las luces y se apedreó la carpa con gente adentro. Algunas piedras eran lo suficientemente grandes como para causar lesiones graves o incluso herir fatalmente a una persona. 

Detrás de este muro lanzaban las piedras

El hermano Reina, don Pedro, Mildred y Elena Wagner

Muestra de las piedras

    Johanna Nielsen, una misionera soltera de California, había regresado a la Argentina luego de una larga estadía en casa para cuidar a su padre enfermo. Se le asignó informar sobre los diferentes puntos de la misión. De su paso por La Carlota, escribió:  

"... encontramos al hermano y a la hermana Hoyt emocionados en lo más profundo de sus corazones. El Señor está bendiciendo su ministerio de una manera especial: hombres y mujeres, niños y niñas que se ponen de parte del Señor en casi todos los servicios dominicales. Los creyentes están creciendo en la fe, y ahora esperan con ansias comenzar una construcción. En la actualidad, están haciendo planes para comprar un lote. (The Brethren Misionary Herald, 6.09.47) " 

    Esta foto de la sala de reuniones fue tomada en nuestro primer año en La Carlota. Mis padres tenían planes de decorarlo con lemas o versículos de la Biblia. Pero en sus cartas, pronto detecté indicios de su inviabilidad.  Luego, en 1948, se les pidió que salieran del salón pues iba a ser vendido.  



Este es el salón de La Carlota.
En el frente derecho está el órgano,
en el medio, el púlpito,
a la izquierda el franelógrafo.


    En su informe del año siguiente, la Srta. Nielsen mencionó un fondo para la construcción, entre otras cosas: 

    "Esta región suele ser muy ventosa, pero esa semana [de la reunión con la carpa en La Carlota] eso se notó especialmente. Hubo viento, polvo y luego, un frío que mantuvo a la gente temblando y redujo la asistencia en gran medida. Sin embargo, cuando el clima no era tan malo, había una buena asistencia, e incluso cuando el tiempo era malo los creyentes fueron muy fieles en la asistencia y siempre había algunos de afuera. 

    La escuela bíblica de vacaciones que se llevó a cabo en la carpa durante estos mismos diez días también fue afectada, pero a los niños no pareció importarles demasiado el polvo. Parecían pasar un buen rato. Un miembro invitó a los tres hijos de su hermana a venir de otra ciudad a visitarla para que pudieran asistir a la escuela bíblica y a los servicios. Volvieron a casa felices, con premios por trabajo de memoria y asistencia, y esperamos, con un mayor amor por el Señor y su Palabra. 

    El domingo 21 se impartió el programa navideño en el salón, con concurrencia completa. Este salón tampoco es muy adecuado, y este pequeño grupo está reservando un fondo para construir una iglesia. Los Hoyt me llevaron a Río Cuarto el 22 de diciembre y se quedaron allí hasta la llegada del nuevo hijo el 3 de enero, solo volvían [a La Carlota] para atender los servicios. El nombre Lynn Arthur tuvo que ser modificado como Arturo Lyn para ajustarse a la ley argentina, pero eso no parece preocuparle al bebé en lo más mínimo. (The Brethren Misionary Herald, 6.03.48)"

En 1950, mi papá describió experiencias posteriores con la carpa.       

    "Los días eran calurosos y secos. Había tanto polvo y tanto viento que uno prefería quedarse adentro y sufrir el calor a salir a la calle para llenarse de tierra.  

    Nuestra casa estaba colmada de visitantes. Estábamos en medio de reuniones en la carpa y las escuelas bíblicas de vacaciones en La Carlota. Cuando digo que la casa estaba llena, solo quiero decir que, además de nosotros cuatro, había dos jóvenes del Instituto Bíblico que dirigían la Escuela Bíblica de Vacaciones y un predicador de Rosario con sus dos hijos. En total éramos nueve. Puede que no parezcan muchos, pero cuando solo hay una persona para cocinar y limpiar además de cuidar a los niños y lavar la ropa, entonces se convierte en una tarea casi sobrehumana. Pero las pruebas no terminaron ahí. Había tanta escasez de agua que tuvimos que llenar la bañera y usarla como tanque de reserva. Por lo tanto, nos bañábamos en el fuentón de lavar la ropa.  

    A las 9:30 a.m. preparamos nuestro poderoso sistema de sonido y comenzamos a tocar himnos y a llamar a todos los niños para que asistieran a la escuela bíblica que comenzaba a las 10 a.m. Los niños venían corriendo para descubrir qué cosa nueva había llegado a la ciudad. Un gran gozo llenó nuestros corazones al ver a los dos jóvenes del Instituto Bíblico hacerse cargo de las clases. Verdaderamente se abrieron camino en el corazón de estos pequeños niños. 

    Por la noche de nuevo usábamos los altavoces y llamábamos a toda la gente a la carpa para escuchar el bendito mensaje de la libertad a través de Cristo. Para llegar a un mayor número de personas con el Evangelio, utilizamos los altavoces durante todo el servicio. Cada noche, el mensajero traía un mensaje claro del Evangelio, pidiendo a la gente que se arrepintiera y creyera. Italiano que lleva 40 años en el país, demanda la atención de la gente con su forma de hablar. 

    A estas reuniones asistieron ricos y pobres, pero lo más notable de todo es que todos escucharon los mensajes. Lo más interesante han sido los comentarios de todo el pueblo tras las reuniones. Mientras compraba verduras en cierto lugar al otro lado de la ciudad, les hablé de las reuniones y me revelaron que se sentaban en la acera cada noche y escuchaban todo. Otro día estaba en otro negocio cuando el dueño, un católico muy devoto, dijo: '¡Vaya! ¡Cómo predica ese hombre!' 

    Mientras estaba en el almacén, uno de los dueños, siempre muy amable, admitió que sabía a dónde ir para buscar la verdad, pero que, por el negocio, los familiares, etc. no podía hacerlo. También mencionó que él y su esposa estuvieron más de una hora escuchando una noche y su esposa comentó: 'No son como nuestros curas. Esta gente no ataca a nadie'. 

    Unas tres o cuatro semanas después, tuve ocasión de ir a la casa de un alemán que vive cerca de nuestro. Voluntariamente mencionó las reuniones en la carpa y los mensajes. Dijo que le gustaba la música, pero sobre todo los mensajes. "Veo que van a construir", agregó. "Se van a encerrar para que no podamos escuchar más de esos buenos mensajes!". Le aseguré que escucharía más, porque esperamos usar el amplificador todo el año. (The Brethren Missionary Herald, 27.05.50)"

     Ese fue el comienzo del primer programa de construcción de mi padre. A lo largo de su vida y ministerio, no solo fue un plantador de iglesias, sino también un constructor práctico de lugares de reunión. 

    Este pensamiento me llevó a buscar todas las referencias bíblicas sobre el tabernáculo, la tienda o carpa de reunión y el templo, todos nombres de un lugar para un encuentro con Dios. Descubrí muchas cosas interesantes.  

    La carpa de reunión siempre lideraba la marcha. Su presencia era fundamental para la vida del pueblo de Israel en sus muchos vagabundeos. Las tribus establecieron sus campamentos alrededor de ella. Dios había dado instrucciones detalladas para cada aspecto: su construcción y mobiliario; sirvientes asignados y reglas de conducta; sacrificios y rituales regulares.  

    El propósito principal de este lugar donde Dios se encuentra con el hombre fue la reconciliación. El corazón de Dios anhelaba restablecer el compañerismo con su pueblo escogido. 

    La gran carpa que recuerdo cumplió muchas funciones: atraer a la gente parescuchar el mensaje de salvación por primera vez; albergar a diferentes grupos durante las escuelas bíblicas de verano, y también los campamentos y las conferencias para una mayor enseñanza y discipulado. Y siempre permanecía el mensaje: "Acércate a Dios, y él se acercará a ti" (Santiago 4: 8). 


3 comentarios:

  1. Dora Saldaño escribe:
    Inolvidable el tiempo de las carpas !!! Tanto en campañas como en el campamento!!! También las recuerdo en mi casa de la calle Colón, frente a la iglesia y cárcel de mujeres llamada El Buen Pastor, hoy un colegio católico muy bueno...pero..quien las cuidaba , quedó grabado en mi alma, sus enseñanzas, como la preparación de la carpa misma, el cuidado cuando estaban en uso directo y luego como se guardaban para conservarlas, la importancia del palo mayor que la sostenía, las estacas en su justo punto de extensión!!!, parecía una rutina común, pero...en las tormentas era muy importante para no generar temor ni riesgo pues adentro había gente, niños o jóvenes..eso habla de la RESPONSABILIDAD de don Pedro.!!!. El, en campamento todas las noches cuando ya todos estabamos en cama, se veía su sombra mirando si las estacas estaban bien tensas...eso habla del Amor Responsable de don Pedro...nunca lo vi enojado, impecable su ropa, no comía de más sólo lo justo, buen trato pero recto y disciplinado, así lo recuerdo yo desde mi niñez y adolescencia, escucharlo orar para mí era una bendición, parecía conocer las necesidades exactas de los demás, respestuoso con los misioneros, las cocineras y demás servidores...ya te cuento mas de este siervo fiel...

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  2. Dora:
    Hola, yo de vuelta, te cuento que hace unos 9 años tuve la introducción a un tema en una conferencia numerosa, y el pastor que luego cerraba el tema, al terminar me llamó y me preguntó cómo y de dónde era ese señor que recordé, era don Pedro y al pronunciar el apellido, se emocionó y nos abrazamos como si nos conociéramos mucho y al oído me dijo, era mi abuelo y no lo conocí como usted !!!

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  3. Dora:
    Otra cosa que recuerdo: un día nos puso de rodillas a encerar las carpas con un betún blanco, para que cuando caiga la lluvia corra rápido!!! También estudiar a diario el viento y las nubes para ver como venía el tiempo, fue muy interesante comprobar el valor de esta enseñanza porque un día tuvimos una emergencia y tuvimos que salir por la parte de atrás levantar la carpa y salimos rodando, cuidaba siempre las sanjas, que estuvieran limpias para contención del agua, yo ya después de grande ya enfermera fui matron de un colegio inglés, donde había que tener cada alumno su carpa y salíamos muchas veces a caballo para acampar cerca del cerro Uritorco con 80 y mas chicos, profesores y mas, me sirvió de mucho lo aprendido de Pedro!!! Siempre que me preguntaban como sabía tanto, contaba de este maestro humilde y con una fe gigante, en las reuniones de oración de los adultos yo siempre estaba, mis abuelas y bisaabuela no me permitían faltar, cuando Pedro oraba yo lo espiaba por que me impresionaba como sabía los nombres bíblicos de Dios y la filial charla que él mantenía con su Padre!!! Aún hoy sigo esa escuela de oración, cuando partió no lo lloré porque tuve un gozo grande de saber que ya estaba en el mejor lugar !!! Y descansando porque por años lo vi siempre trabajando, barriendo, haciendo algo en el patio de la iglesia de calle Rivadavia, un día antes de la conferencia del mes de febrero se anunciaba mucha gente y el misionero pidió permiso para poner una carpa para hombres en nuestro patio que era enorme, en ese patio el pastor Reina y doña Margarita guardaban muchas veces su auto !!! Qué privilegio tengo hoy a mis 80 años contarte de mis antepasados , el perfume que una vida de servicio exhala de los frutos del Espíritu Santo, la gloria sea para Dios, SHALOM.

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Pachín