Suelo volver a un párrafo de una carta de mis padres conservada en mi poder y fechada el 20 de marzo de 1947: "El 4, 5 y 6 de abril es nuestra Conferencia Anual en Río Cuarto". Los buenos recuerdos de los años de la conferencia me llevaron a investigar y registrar todo lo que pude sobre esas reuniones anuales.
El evento se llevaba a cabo hacia fines del verano, generalmente durante el fin de semana de Carnaval, en la iglesia central de Río Cuarto.
Ese edificio tiene un lugar especial en mi corazón. Todavía puedo deambular mentalmente por allí y evocar dulces recuerdos.
La familia Schrock y Johanna Nielsen vivían en esa casa y, por supuesto, asumían la mayor parte de las responsabilidades como anfitriones. La Sra. Schrock escribió anticipándose al gran evento:
La conferencia anual pronto estará aquí. Ya se han hecho arreglos para aprovechar todos los rincones. La galería de la casa es muy grande, por lo que este año la usaremos como dormitorio para más mujeres. Ahora nos toca a la Srta. Nielsen y a mí decidir qué hacer con todas las plantas y la pajarera...Nos damos cuenta de que para los creyentes este es el momento culminante del año. Aquí se encuentran con viejos conocidos, ven rostros nuevos que brillan con la luz del Evangelio y se deleitan con la Palabra de Dios. Muchas veces los misioneros nos sentimos agobiados por este trabajo extra, pero el Señor está bendiciendo de una manera maravillosa y, por lo tanto, vemos que Él resuelve todos los detalles para que los creyentes puedan aprovechar estas bendiciones adicionales.(The Brethren Missionary Herald, 6.03.48)Al año siguiente, Mamá escribió un artículo para la revista denominacional y destacó la bendición y el crecimiento de la conferencia anual.
Aunque hay varios factores que influyen en la asistencia a la Conferencia General, es una forma de medir la evolución del trabajo en el año. En nuestra primera Conferencia, que fue en febrero de 1946, vimos relativamente pocos (probablemente no más de 40) de fuera de Río Cuarto. Me refiero a pocos en comparación con los años siguientes; no sé nada de la asistencia a Conferencias anteriores.
La carpa utilizada como comedor parecía bastante vacía, incluso cuando todos estaban sentados alrededor de la larga mesa. Como dormitorio para los hombres se utilizó nuestra carpa más pequeña, junto con el garaje. Las mujeres estaban cómodamente ubicadas en la casa.
Hace poco tiempo vivimos nuestra cuarta Conferencia. El año pasado, la asistencia casi se duplicó. Pero comparándola con la de 1946, esta Conferencia es cuatro veces mayor, con una asistencia de 185 personas de otras localidades. Las mujeres estaban hacinadas hasta el límite, y esto después de realizar divisiones temporales en la gran galería que nunca se había utilizado. En lugar de destinar la carpa más pequeña para los hombres, se puso en uso la más grande. La carpa del comedor tenía tres veces más espacio para sentarse y había dos turnos para cada comida.
Hablando solo de La Carlota, en relación con la Conferencia, el cambio ha sido igual de grande. El primer año solo hubo uno de los creyentes asistiendo a La Conferencia. Este año fueron 20, incluidos los niños. (The Brethren Missionary Herald, 30.07.49)
También se estaba produciendo un crecimiento entre las familias misioneras. El primer cumpleaños de los mellizos Schrock se celebró el 2 de diciembre de 1947.
Poco después, se hizo un anuncio, supuestamente por los chicos Dowdy, Jimmy y Roger: "Debemos tomarnos el tiempo para decirles que el Señor nos envió un hermano pequeño a las 6:00 am del 26 de abril de 1948. Su nombre es ROBERT LUIS, y es agradable y regordete, ¡y pesa 3,600 Kg! "
Durante la Conferencia General se realizaban sesiones muy importantes. Una de ellas era la del Consejo que involucraba a todos los misioneros extranjeros existentes en Argentina en aquel tiempo. Esta foto de los cinco trabajadores norteamericanos presentes en 1948 es una de mis favoritas: refleja el gozo y la camaradería de servir juntos por el Reino de Dios.
Schrock, Maconaghy, Hoyt, Dowdy, Sickel |
Me interesó especialmente la primera y más importante resolución de la reunión de ese año.(The Brethren Missionary Herald, 2.10.48)
Otras resoluciones incluyeron:1.. . . Que cada creyente sienta la responsabilidad de la obra, para que ésta se convierta en obra de la República Argentina, unida por la fe común y la jefatura de Cristo Jesús bajo los Hermanos del Norte, pero sin depender económicamente de ellos.
- Expresar nuestro agradecimiento a todos aquellos que de una forma u otra contribuyeron al excelente éxito de la Conferencia. [Seguido de una larga lista de personas, servicios y formas específicas en las que serían reconocidos].
- Se presentó un obsequio al pastor Sickel, con los mejores deseos de bendiciones divinas en su misión en Brasil.
- Un saludo fraterno a los Hermanos de América del Norte y África y a la iglesia de Rosario, pastor Caramuti, Iglesia Bautista Emanuel.
- Esfuerzo común de evangelización, oración constante por las diferentes misiones y por el Instituto Bíblico.
- Intentar adquirir nuestros propios campamentos en las Sierras donde los jóvenes de diferentes congregaciones se conozcan mejor.
- Orar por: la conferencia del próximo año; fondos para mejores instalaciones; extender la duración para que los delegados (uno por cada 25 miembros de cada iglesia) puedan reunirse al principio y al último día para considerar nuevas ideas.
Johanna Nielsen, en su informe, señaló la importancia de la participación de los delegados de este año: ¡el primer esfuerzo de los propios argentinos!
Después de una de las reuniones anteriores del Consejo, papá escribió en una de sus cartas: De la discusión que tuvo lugar tendremos una Iglesia de los Hermanos de la Argentina antes de que nos demos cuenta.
Ese fue siempre el objetivo, y, de hecho, se logró. Ya no hay misioneros extranjeros de la Iglesia Grace Brethren en Argentina. La comunidad de Iglesias de los Hermanos crece y es autónoma.
Ahora, más sobre las conferencias de esos primeros años. La señorita Nielsen escribió una carta personal a sus amigos sobre la conferencia de 1949. La noticia fue tan alentadora que se compartió abiertamente en la revista.Tuvimos la mejor conferencia de la historia desde cualquier punto de vista. Había 172 visitantes de fuera de la ciudad y al menos 150 de ellos dormían y comían en la casa. Algunas mujeres tenían catres, pero otras solo accedían a colchones en el piso, y se usaba prácticamente cada centímetro del espacio disponible.
Lois tenía en su habitación a sus mellizos y a la Sra. Caramuti con su pequeña. En otra habitación estaba la Sra. Hoyt y los niños y otra mujer con su bebé. Las otras dos habitaciones estaban tan llenas como el patio. Aquí arriba [la señorita Nielsen vivía en un departamento de arriba, encima del salón] estaban la señora Wagner, las tres niñas y Dorothy Maconaghy. Los hombres dormían en una carpa de campaña, un camión y el garaje. Pero difícilmente se puede imaginar el espíritu que prevaleció. Fue realmente maravilloso.
Cuando parecía que todo el espacio estaba lleno, llegaron algunas personas más, y Lynn intentó ver si podían acomodarlas. Las mujeres comenzaron a mover sus catres y colchones un poco más y afortunadamente lograron hacer espacio para todas. Y con mucho gusto, sin queja alguna . . . Muchos fueron atendidos en hogares, pero la mayoría de nuestra gente no tiene alojamiento que ofrecer.
El viernes fue un día de calor abrasador. Esa noche se desató una tormenta y la temperatura bajó tanto que las mañanas y las noches pasaron a ser frías, pero el día era perfecto. Así que el Señor incluso se ocupó del clima.
En la Escuela Dominical tuvimos 232 personas, estoy bastante segura de que es un récord de todos los tiempos. Por la noche se contaron 260. Se darán cuenta que no fue un trabajo pequeño alimentar a toda esta multitud, pero el Señor nos ha proporcionado una cocinera maravillosa, de otro pueblo, que ha estado con nosotros durante tres años. . . Uno de los hombres de Cabrera (que aún no es miembro) trajo 2000 duraznos, peras y manzanas de su chacra como regalo para la Conferencia.
Fue una extraña coincidencia que la Sra. Caramuti y Herminia Siccardi asistieran a su primera conferencia hace 19 años, y esta es la primera vez que la Sra. Caramuti ha estado aquí desde entonces. Las dos compararon notas y luego llamaron mi atención sobre la diferencia entre aquella y esta Conferencia. El hermano Caramuti comentó varias veces que, si se puede vivir una experiencia así en la tierra, ¿cuál sería la que nos espera en el cielo?
El carnaval está en marcha, pero apenas lo sabemos. El baile programado para esta noche en el bulevar se trasladó a la Plaza. Vimos la mano del Señor en tantos detalles…
La reunión de delegados asumió la escasez de espacio en el lugar y planeó construir una gran sala sobre el garaje para ser utilizada como dormitorio de hombres. Algunos ofrecieron mano de obra, otro consiguió cemento con descuento. El techo será de hormigón armado para que sirva de planta baja de otro piso superior y el garaje, una maravillosa adición a la propiedad. [Nota: años después enseñé en la Escuela Cristiana Evangélica que funcionaba en el anexo.] Un comité va a ir a las Sierras para ver si pueden encontrar un campamento bueno y razonable. Estas son cosas que han propuesto estos laicos, no los misioneros.(The Brethren Missionary Herald, 2.04.49)
Luego de esperar la tan esperada conferencia, finalmente llegó el momento, y con mucha alegría me dispuse a ir a Río Cuarto, donde se realizaría.
Al llegar allí, conocí a otros hermanos y hermanas que, como yo, habían estado esperando el momento en que los creyentes de las diversas congregaciones se reunieran para glorificar y honrar el nombre de nuestro Señor y Salvador.
Desde el primer momento sentí como si los conociera a todos desde hacía mucho tiempo. Durante ese día y los siguientes llegaron otros. Todos tenían solo palabras de agradecimiento por lo que el Señor había hecho, porque ellos, como yo, habían sido liberados del pecado.
Los mensajes, inspirados por el Señor, fueron una bendición. Nuestros corazones se llenaron de gozo, ese gozo que solo experimentan Sus hijos. Una tarde tuvimos una reunión de mujeres y niñas. Cada una tuvo el privilegio de dar su testimonio. Verdaderamente se pueden apreciar las bendiciones que derrama en la vida de sus hijos. El mensaje dado por la señorita Nielsen aumentó nuestra fe.
El último día hubo bautismos. Estaba muy feliz de poder cumplir el mandato del Señor. También mi esposo y otros creyentes se bautizaron esa tarde. Esa noche los pastores y creyentes de las distintas congregaciones le entregaron al Sr. Sickel un obsequio y un álbum firmado por todos.
Luego llegó nuestro turno de decir “adiós” y dejar ese hermoso lugar. Regresé a casa con el deseo de dedicar mi vida al servicio del Señor y estoy esperando ansiosamente la próxima conferencia para poder encontrarnos nuevamente con los muchos Hermanos y disfrutar de la comunión con ellos y con el Señor. (The Brethren Missionary Herald, 12.03.49)Cuando terminó la conferencia, nos despedimos de muchos hasta el próximo año. Vi a los creyentes irse llenos de alegría, con el propósito de servir más fielmente, y aumentó el deseo de llevar el mensaje de salvación a otros.
Herminia Siccardi, esposa de uno de los pastores argentinos, escribió sobre la historia de dos programas para alcanzar a las mujeres: La Sociedad Misionera de Señoras y La Sociedad de María y Marta para las niñas más jóvenes.
Sociedades de mujeres, Río Cuarto, 1948 |
Al contarles, hermanas de Norteamérica, el trabajo de nuestra iglesia entre las mujeres de Argentina, no pude evitar pensar en el primer encuentro de mujeres y niñas en mi pueblo, alrededor del año 1928, poco tiempo después de mi conversión del catolicismo al Señor.
El mensaje del día estaba basado en el Salmo 23, y aprendimos a cantar el hermoso himno, “Jehová es mi Pastor, me apacienta con amor”. Guardamos con mucho cariño una instantánea del grupo que se reunió en esa ocasión. El encuentro estuvo a cargo de nuestra querida Señorita Johanna Nielsen, quien fue la impulsora del trabajo de nuestras mujeres en nuestro distrito comenzando con encuentros para niñas y mujeres en los diferentes pueblos.
Posteriormente, cuando había un grupo de mujeres convertidas en cada pueblo, ella, con la valiosa colaboración de nuestra querida Señora Loree de Sickel, elaboró una constitución y unos estatutos sencillos, adecuados a nuestras necesidades, como base de lo que queríamos llamar La Sociedad Misionera de Señoras, y La Sociedad de María y Marta, de la Iglesia de Los Hermanos. Así organizados trabajamos entre las mujeres de nuestras iglesias.
Por lo general, tenemos una reunión mensual de carácter principalmente devocional, aunque en algunos lugares se encuentran con más frecuencia. Las ofrendas se desembolsan según la necesidad, a veces para el Coche Bíblico, a veces para ayudar a pagar la luz y el alquiler en alguna misión del distrito, o para los gastos de viaje de algunas de nuestras mujeres que salen a distribuir nuestra literatura y tratados, y ocasionalmente para ayudar a alguna persona pobre. A veces nos reunimos y enviamos literatura por correo.
Desde hace más de un año hemos querido apoyar íntegramente a nuestra trabajadora nacional, la Señorita Nélida Núñez. Ella nos representa en la obra personal. Aún no hemos alcanzado esa meta, pero esperamos, por la gracia de Dios, que las sociedades respondan satisfactoriamente.
El día de oración, el día 15 de cada mes, es uno de verdadera bendición y compañerismo.
Agradecemos a Dios de todo corazón por ustedes, queridos amigos de América del Norte, que con sus oraciones y su ayuda definitiva en la obra del Señor hicieron posible que el Evangelio nos llegara. (The Brethren Missionary Herald, 12.03.49)
Estas sociedades celebraban sesiones especiales durante la conferencia anual. Recuerdo haber leído que mamá participó en una de ellas. Las esposas de los misioneros también escribían cartas ocasionales a las Sociedades de América del Norte.
En 1950, mi mamá escribió una titulada NIÑOS MISIONEROS, especialmente para la Hermandad de María y Marta. Curiosamente, años después, cuando llegué a la universidad, Grace College, sintiéndome muy sola, una de las primeras compañeras de clase que conocí, me dijo que había crecido sabiendo mi nombre y orando por mí en su iglesia.
Mientras aún estábamos en el Seminario. El 18 de mayo de 1944 recibimos la primera pequeña vida que se nos confió. Ella se portó bastante bien para que pudiésemos terminar nuestro entrenamiento para emprender el largo viaje a Argentina para servir al Señor. Antes de llegar a esta tierra, dijo muy pocas palabras; sin embargo, sí aprendió a decir algunas difíciles como "Argentina". También aprendió a decirle a la gente adónde iba diciendo “lejos” y haciendo los gestos adecuados con la mano. Fue la primera de nuestra familia en tocar suelo argentino, y lo ha tocado mucho desde entonces. Como resultado de una caída, tiene una cicatriz en la frente cuando se cayó y golpeó contra un ladrillo en nuestro patio mientras perseguía a una gallinita.
Rita es diminuta para su edad. Ella tiene ojos marrones y cabello rubio. Le encanta leer y que le lean. Ya ha leído tres o cuatro libros en inglés, pero todavía no le hemos enseñado a leer en español. También le gusta ayudar a mamá (cuando no hay nadie con quien jugar). Ella limpia los platos y las canillas, hace su cama e incluso intenta planchar y fregar. Ama a Jesús con todo su corazón. Hace aproximadamente un año dejó que Jesús entrara en su corazón y en diciembre de 1949 manifestó públicamente su amor por él. Habla español mejor que nosotros, al menos la pronunciación es mejor.
Hace algunos meses, tuvieron la historia de Daniel en el foso de los leones en la clase de la escuela dominical. Cuando llegó a casa, le preguntamos por qué los leones no se comieron a Daniel. Ella dijo: "¡¡Pero mamá, eran leones de papel!!"
LYNN ARTHUR HOYT
Cuando este pequeño vino al mundo tenía el pelo decididamente rojo, fácilmente se lo reconocía como pelirrojo. Nació el 3 de enero de 1948 en Río Cuarto, Argentina. Debería haberse llamado "movimiento perpetuo". No hace falta decir que nos mantiene ocupados. Lo triste es que, debido a su energía ilimitada, se golpea continuamente y destruye muchas cosas en la casa. Simplemente va de un lío al otro: Tira el pegamento líquido, luego tira la tinta, luego saca los botones y después de eso se mete en el armario de la vajilla y luego rompe la pluma estilográfica...
Bueno, estamos orando para que el Señor nos dé la gracia de dirigir esta energía por los canales correctos y que él termine siendo un siervo suyo. (The Brethren Missionary Herald, 12.08.50)
No hace falta decir que me sorprendió descubrir este artículo y leer lo que compartió mi madre. No recuerdo la ocasión a la que se refiere sobre mi declaración pública de fe. La historia de mi interpretación exageradamente literal del rescate de Daniel de los leones fue repetida a menudo en nuestra familia.
Ya pasamos los días de las historias bíblicas contadas con la ayuda del franelógrafo. La comprensión del ejemplo de Daniel se ha profundizado y se ha vuelto relevante para mi vida actual.
Daniel fue uno de los exiliados llevados a un país extranjero a una edad temprana, preparado y entrenado para servir al rey. A estas alturas ya era viejo, había servido fielmente a varios gobernantes sucesivos. Su lealtad y sabiduría le valieron los puestos de liderazgo más altos del imperio, así como la amarga envidia de otros funcionarios. No pudieron encontrar ninguna falta en él, así que se les ocurrió un plan engañoso para derribarlo. La primera lealtad de Daniel fue a Dios. Ningún decreto del rey le impediría adorar a su Dios. Así que continuó silenciosamente con sus oraciones diarias a pesar de que eso podía significar la muerte.
Entonces, ¿por qué los leones no atacaron a Daniel? Su respuesta al angustiado rey Darío, que se dio cuenta demasiado tarde de que sus oficiales lo habían engañado, fue: "Dios envió a su ángel, y el cerró la boca de los leones. No me han hecho daño, porque fui encontrado inocente ante sus ojos. Tampoco he hecho nada malo ante usted, Su Majestad ". (Dan. 6:22)
Daniel era irreprochable y confiaba en Dios, ¡en la vida y en la muerte!
Este es un mensaje fuerte para todos los que vivimos en este mundo corrupto como "exiliados" esperando nuestro hogar celestial.
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