miércoles, 31 de agosto de 2022

1958: Ivan y Perú


Esta foto de encabezamiento podría explicar por qué papá fue el único miembro de nuestra familia que asistió al funeral de la abuela Hoyt a principios de diciembre. Mamá estaba embarazada de ocho meses en ese momento.
Un mes antes, el tío Phil había llevado a mis padres y a la abuela Hirschy a Elwood para mostrarles el camino hacia el Hospital Mary Evans. Era muy importante y necesario conocer los mejores caminos y estar preparados para cualquier eventualidad… La zona es montañosa, hay muchas curvas y contracurvas. Además el clima del invierno es impredecible.
Ivan Wayne Hoyt llegó sano y salvo el 5 de enero de 1958.
 
   
Aldo, Lynn, Rita

Los tres hermanos esperábamos ansiosos la noticia. Cada vez que mamá dió a luz, yo esperaba que fuese una hermana. Pero, de nuevo esta vez, no fue así. De todos modos, nos encantaba ver crecer y cambiar a nuestro nuevo hermanito.

Disfrutamos mucho esos meses compartidos con abuelos, tíos, tías, primos. Algunos de los otros familiares iban y venían de los otros campos misioneros.
 
 
                                                                       
El invierno se convirtió en primavera, luego en verano. La aventura de un año escolar en Estados Unidos terminó. Vuelvo a mirar mis primeras impresiones en el aula. "Todo el mundo habla inglés", pensé. Todo era tan extraño…. Yo, socialmente torpe, no encajaba en el grupo. Afortunadamente las clases no me resultaban difíciles. Me sorprendió descubrir que la escuela podía incluso ser divertida.

Continué las lecciones de piano durante todo ese año con una maestra anciana. Recuerdo que quería que dominara una composición de Claude Debussy.

Mis padres se mantuvieron ocupados con responsabilidades relacionadas con la misión: visitar iglesias, escribir artículos para el Brethren Missionary Herald. Además, seguía el proyecto de construcción para mis abuelos y de vez en cuando papá se hacía cargo de una reunión en la iglesia de ellos.

Disfrutamos de las salidas familiares, como este picnic asando salchichas junto a una hermosa laguna, muy concentrados en la tarea. 
 

Finalmente, llegó el momento de volver a la Argentina. Según una nota en la revista denominacional (02/08/58), nuestros compañeros misioneros los Schrock, ya estaban en alta mar en julio. Sin embargo, el pasaje prometido a los Hoyt había sido cancelado y estábamos esperando el momento de viajar.

El siguiente número (09/08/58) informaba nuestra salida el 7 de agosto por Latin American Airlines.

Otra noticia apareció en la publicación del 30 de agosto: "TRUJILLO, PERU. La familia Hoyt, estuvo unos días aquí para una visita de paso a su campo misionero en Argentina. El Hno. Hoyt padece una seria dificultad en su espalda, aparentemente es una hernia de disco. Esperamos que no sea necesaria una intervención quirúrgica."

Sabía de nuestra visita a Perú para visitar a los DeRosset, pero no recordaba los dolores que mi papá padecía en su espalda. Más de una vez en su vida estuvo en cama a causa de ese tema.

La familia DeRosset

Mi tía y mi tío, también misioneros, nuestros vecinos todo el año en Evans City, habían regresado antes a su lugar de servicio en Trujillo, Perú. Los dos hijos mayores, Eddie y Karin, se quedaron en los EEUU para continuar su educación allí.

Fue un privilegio visitarlos, aprender sobre su trabajo y conocer su entorno. Aunque el viaje en taxi de ocho horas hacia el norte desde Lima, la capital, hasta Trujillo, fue lo más aterrador que recuerdo. La carretera angosta y sinuosa bordeaba la costa entre un precipicio hacia el océano a la izquierda y una empinada ladera arenosa a la derecha. Los conductores experimentados no tenían miedo de acelerar.

Yo era demasiado joven para apreciar hasta dónde llegaban estos queridos parientes en su deseo de agasajarnos, pero sí recuerdo las deliciosas tartas de mi tía Joyce y la generosidad del tío Ed.

Las siguientes fotos hablan de las salidas turísticas. Todos estos sitios estaban en la zona en que vivían. Las Huacas (santuarios o templos) de los pueblos Moche de hace casi dos mil años, son enormes estructuras de ladrillos de adobe. Desde entonces se han convertido en destinos turísticos sofisticados, altamente comercializados.

Huaca del sol

Huaca de la luna

Joyce & Kathryn adelante
Rosie y Rita atrás

Ed en Huanchaco

Huanchaco se ha convertido en una popular ciudad de playa.

Salaverry, puerta de entrada a Trujillo, es el gran puerto multipropósito del norte peruano. Además de todos los sitios históricos y arqueológicos de la zona, las atracciones naturales (excelentes playas y olas para surfear, pescar, hacer sandboard y demás) atraen a los turistas del extranjero.

Los tíos Ed y Joyce, intentaron iniciar una iglesia allí, pero mayormente se dedicaron a trabajar en Trujillo, la segunda ciudad más grande de Perú. La siguiente foto es del frente de la iglesia y a la izquierda se puede ver la librería cristiana.

La librería y la iglesia en la Avda. La Unión

Trujillo es ahora una ciudad muy moderna. Estos son reflejos de la vida allí hace sesenta o setenta años.

Callejón típico

La prima Karin dice que este puede ser el estrecho corredor cerca de la iglesia. Al final del mismo, en una choza de adobe de dos habitaciones, vivía Natalia, su mejor amiga.

También recuerda los burros que llevaban la leche fresca que compraban.




Esta era la calle del mercado. El tío Ed hacía todas las compras porque era mejor regateador.

En el mercado: Freddy, Lynn y el tío Ed

Esta foto me recuerda la generosidad del tío. Me escuchó insinuar que querría llevar recuerdos para mis amigos e inmediatamente me compró una variedad de artículos típicos del Perú.

Le pedí a mi prima Rosalie que escribiera un resumen del ministerio de sus padres en Perú. Me envió un artículo que escribió hace unos años después de que sus padres se mudaran de la casa familiar en Evans City, donde habían vivido después de jubilarse. La dolorosa tarea de lidiar con las acumulaciones de varias generaciones había recaído sobre ella. Aquí hay un extracto.
Encontré cartas de mi padre de los años 30, relatando su encuentro con mi mamá y su carrera misionera. En 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, salieron en barco de Texas a Perú con un apoyo de u$s 60 al mes, sin saber el idioma que aprendieron andando y escuchando a la gente hablar. Llegaron a la ciudad portuaria de Callao con casi nada y se fueron en autobús a la ciudad costera de Trujillo, Perú. El comienzo fue duro y solitario.

Leí acerca de cómo mi madre al principio se sintió abandonada por Dios mientras vivían en dos habitaciones de un hotel primitivo infectado de ratas con inodoros desagradables al final del pasillo.

Leí sobre su añoranza por los árboles y el hogar, luego sobre sus primeros amigos peruanos y su amor por ellos y los comienzos de una iglesia en un destartalado pueblo de pescadores, sobre el desánimo de mi padre por los robos (a él le robaban los limpiaparabrisas de su Ford T, un automóvil que tenía que arrancar a manija y no tenía puertas traseras, así que
simplemente nos decía que nos sentásemos en el medio).

Y tantas veces leí de cómo se aferraba a 1 Pedro 5:7 "echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros".

Y leí acerca de cómo comenzaron a plantar iglesias y finalmente en los años 80 fundaron un seminario que florece aun hoy. 
Mi madre, que nunca aceptó un no por respuesta, enseñó a leer a cientos de personas y a mujeres a cuidar de sus hijos. Usó todos los recursos que tenía e incluso enseñó a muchas personas a tocar el piano en un teclado de cartón, y podían tocar cuando accedían a uno real.
Perseveraron a través del dolor, la pérdida y la alegría durante 42 años. Es una historia de gente común a la que Dios fue fiel; se aferraron a Él, y Él estaba con ellos, realizando Su buena obra.
Concluyo con el párrafo inicial de las reflexiones de Rosie y el texto que expresa mis pensamientos cuando miro hacia atrás al ministerio de mis padres.
Sentada en medio de los documentos de mi vida docente en el Instituto Bíblico Moody y los registros de mi historia en esa casa, volví a las palabras familiares de Pablo en

Filipenses 1:6: “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús".

1 comentario:

  1. 6 "... Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.
    7 ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvacion, del que dice a Sión: Tu Dios reina!..." Isaías: 52 6-7

    Gracias Señor por los Hermanos Misioneros Hoyt, y por cada Misionero, Pastor que lleva La Palabra de Verdad hasta lo último de la Tierra. Amen

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Pachín