martes, 14 de marzo de 2023

Verano de 1963

Coro del campamento

Los meses de verano solían estar llenos de actividades, y este año en particular, lo demostraba con creces. 
Pasados sesenta años, había olvidado muchos de los acontecimientos que encuentro en las cartas y documentos recopilados de diversas fuentes.
Encontré una anécdota que me resultó interesante en las cartas que le escribí a mi amiga Mirtha:
8 de enero de 1963

Esta mañana me levanté a las seis menos cuarto para ir a la feria con Lynn. Él tiene un puesto allí de Biblias, libros evangélicos y radios Alpha [la empresa de los tres amigos, Julio, Roberto y Antonio]. La feria está a una cuadra del Templo, entonces alguien siempre tiene que ir para ayudarle a llevar la mesa hasta la feria. Ha llamado bastante la atención su puestito y ha vendido 3 ó 4 ó 5 Biblias, 2 libros tuyos, varios libritos para niños, 2 ó 3 Nuevos Testamentos, etc. Lynn está tan entusiasmado con este trabajo que toda su vida está centrada en eso (bueno, no tanto, pero casi).

A medida que se sumaban más iglesias de los Hermanos en el Gran Buenos Aires, aumentaba la cooperación y los eventos conjuntos.

El 5 de enero todos los grupos de jóvenes se reunieron en Castelar donde Don y Hazel Bishop se habían instalado dos años antes.

Jim y Margaret Marshall se habían mudado a Ciudad General Belgrano a fines de 1962. Papá hizo numerosos viajes hasta allí durante el verano para ayudarlos a instalarse y construir un garaje. A menudo lo acompañaban miembros de nuestra familia y en algunas ocasiones llevó consigo a un par de los jóvenes que trabajaban regularmente con él en una variedad de proyectos.
Mientras tanto, los Marshall se habían acercado a sus vecinos y el domingo 3 de marzo comenzaron los servicios en su casa.

A principios de enero, Jim  Marshall viajó con trece niños de las iglesias de Buenos Aires al campamento en las sierras de Córdoba y se quedó unas semanas más para ayudar con los demás grupos de campamentistas. 

Este año, papá no participó en absoluto en los programas del campamento, ya que mamá debía dar a luz al bebé número cinco en algún momento antes del final del verano.
Hubo un número récord de jóvenes del área de Buenos Aires que asistieron al campamento, unos 35. 
Me emocionó especialmente que Delia, mi compañera de clase y su hermana estuvieran entre ellos. Les atraía especialmente el hecho de poder conocer a mi amiga autora Mirtha Siccardi, cuya novela leyeron todos en su familia, incluida su mamá.


También era mi último año en Argentina. Le escribí a mi amiga: "¿Te diste cuenta, Mirthísima, que es el último campamento antes que me vaya a Norte América y que quizás sea la última vez que te veas antes de irme porque no sé si podré ir a las Conferencias?"

Recuerdo haberme sentido muy triste muchas veces durante ese campamento.


La descripción de nuestro viaje de regreso del campamento trae de vuelta muchos de aquellos recuerdos. Algunos felices y otros  tristes. El viaje de dos horas y media en la parte trasera del camión desde las sierras hasta la ciudad de Río Cuarto nos dejó sucios, cubiertos de polvo y muy cansados, pero felices. Después de lavarnos, comer algo y una pequeña siesta, algunos de nosotros fuimos a recorrer los lugares de interés: El encantador parque de la ciudad con paseos en bote, y el centro de la ciudad para comer y comprar recuerdos. Casi no voy porque había estado llorando, sintiéndome muy triste. 
Esa noche tomamos el ómnibus a Buenos Aires, mi última vez.
Dormí en el viaje bastante pero igual llegamos todos tan, tan, tan casados. Fue lindo llegar de nuevo a casa y ver a todos. Encontré mejor a mi mamá excepto que tenía los pies muy hinchados. . . Comí un poco y me fui a dormir. A las 4 y cuarto me despertó mi papá porque tenía que estar en el Templo para ir a la Hora Feliz.
En una carta anterior a mi amiga le había mencionado un nuevo desarrollo interesante en torno a las Horas Felices.

¿Sabés que pedimos que nos manden tranvías? No sé si te enteraste que están regalando tranvías a cualquier sociedad religiosa o de beneficiencia. LAPEN por medio del Sr. Bongarrá consiguieron 10 y él mismo también algunos. Mi papá, antes de saber esto mandó pedir algunos y estamos orando que nos envíen siquiera uno para poner en Villa Domínico.

Entonces, ¿qué pasó? Recuerdo que mi mamá fue quien vio el anuncio sobre la oferta del gobierno, de tranvías viejos, con sólo pagar el transporte, y sugirió que podrían usarse como pequeñas capillas.

El 5 de marzo, mamá comenzó una carta a sus padres:

Aquí Rita y yo estamos sentadas en un tranvía tratando de escribir cartas, leer y descansar, pero no podemos hacer mucho porque hay una pandilla de niños afuera tratando de molestar. Ayer por la mañana contratamos dos camiones y una grúa para traer los 4 tranvías. (¿Les dijimos que el Gobierno nos dio 4?) Dos de ellos los colocamos en un terreno en Villa Domínico y dos aquí en un terreno que pertenece a una familia de creyentes. Papá y algunos de los hombres están poniendo una cerca de alambre alrededor del lote de Villa Domínico y probablemente mañana lo hagan aquí, es decir, si no tengo que salir urgente al hospital. Estoy tan contenta de haber podido seguir adelante todavía!

Anoche, Lynn y otro chico durmieron en el de Villa Domínico y otros dos aquí. Esta mañana cuando fuimos a ver cómo les había ido, todos habían pasado la noche muy bien y en paz.

Estos tranvías son realmente útiles. Uno es un modelo de 1955 y está en excelentes condiciones. Los otros 3 tienen un asiento suelto aquí y allá o algunas ventanas rotas, pero todos pueden arreglarse a tiempo y hacer bonitas capillitas. Cada uno tiene asientos para 36 personas.

El trabajo duro comenzó en serio. Los hombres, jóvenes y viejos, comenzaron a quitar las paredes intermedias para unir los coches,  luego unir los techos y hacer las reparaciones.


 Papá continuó escribiendo donde mamá lo había dejado.
jueves 

Estos son días difíciles: estamos tratando de hacer demasiadas cosas en muy poco tiempo. Hacemos todo lo posible para proteger estos tranvías, pero después de haberlo hecho, el Señor puede cuidarlos. . . Como los jóvenes llevan ya dos años de tener Horas Felices en Villa Domínico y admás tuvimos una campaña con la carpa, sentimos que debíamos poner dos de los tranvías en ese lugar.

Tengo tantas cosas que hacer con la construcción de la iglesia, el Instituto, trámites en oficinas públicas, mantener contentos a todos los misioneros [era el Superintendente del Consejo de Misioneros], etc. que casi me desmayo a veces. Pero el Señor es capaz.

Más tarde ese mismo día, papá agregó un párrafo final.

Bueno, ¡tienen otro nieto pelirrojo! Nació a las 14:35 hs. pesó 3. 850 kg. Kathryn está muy bien y el bebé es muy agradable, bastante bonito para un recién nacido. Kathryn está en el Hospital Británico recibiendo la mejor atención.

¡Lo que papá no dijo fue que mientras completaba el papeleo de ingreso al hospital, se quedó dormido! Cuando despertó el bebé ya había nacido.

Los muchachos que trabajaban en los tranvías esperaban ansiosos la noticia del bebé, pero recuerdan que cuando el pastor Hoyt regresó del hospital lo primero que hizo fue verificar el avance de los trabajos y dar más instrucciones para continuarlos. Pasaron unos minutos, se miraron, y como no había dicho nada, le preguntaron. "¡Ah, sí, otro varón!" dijo, y siguió diciéndoles cómo seguir con los trabajos.


En casa, mis hermanos y yo también esperábamos expectantes la noticia. Cuando papá nos dijo que Ruth había llegado, no le creí e insistí en que nos dijera la verdad.

El 29 de marzo, papá dio un informe más completo a los abuelos.

Queremos enviarles esta carta y deberíamos escribir mucho más, pero estamos tan presionados por el tiempo que tendremos que limitarlo. Llamamos al bebé Norman Alan, en homenaje a su abuelo y deseamos que se le parezca no solo por ser pelirrojo. Pensamos que el nombre sería apropiado. Hasta ahora ha sido un bebé encantador. Kathryn todavía puede alimentarlo y esperamos que continúe por algún tiempo.

Se llama Norman Alan, pero el plan siempre fue llamarlo por su segundo nombre siguiendo la tradición familiar de nombres de cuatro letras fácilmente pronunciables en español.

Papá continuó diciendo:

Nos encaminamos a nuestra última temporada aquí en Argentina. Tratar de poner todo en orden para que un pastor nacional tome el relevo, coordinar todo dentro de la misión como debe hacerlo un presidente, y, además,  ser pastor y padre me tiene casi derrotado. Sin embargo, si logramos aguantar otros 9 meses, el Señor nos dará un largo descanso.

Fueron días intensamente ocupados. No me sorprende que no haya encontrado fotos de Alan cuando era bebé.

Me vienen a la mente las siguientes escrituras:

Una bendición que Moisés pronunció para uno de los hijos de Israel: Deuteronomio 33:25b "... como tus días serán tus fuerzas".

Alan nació el 7 de marzo, la última semana de vacaciones de verano. Pocos días después, el 11 de marzo, comenzó el año escolar.

Eclesiastés habla repetidamente del tiempo oportuno de Dios. En el capítulo 3, versículo 1: "Hay un tiempo señalado para todo. Y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo".

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Pachín